Existen muchos criterios para elegir qué música acompañará un aviso publicitario (si no contamos con música original, desde luego). La melodía, el clima del tema, el ritmo, el optimismo, la alegría, la melancolía, en fin, son muchas cuestiones a tener en cuenta. Ahora, si la canción menciona el producto, y hasta lo hace desde su mismo título, hay que usarla sin pensarlo dos veces, ¿no?No. O al menos, no sin antes escuchar el tema. Eso fue lo que hizo Mercedes-Benz en 1995, cuando lanzó un comercial en el que todo un pueblo cantaba el tema “Mercedes Benz” de la legendaria Janis Joplin (parece que en el nombre del tema la marca está sin guion para evitar problemas legales). En el aviso, un auto de la marca recorre el pueblo y cada persona que lo ve pasar se pone a cantar, incluyendo una madre que muy tiernamente se lo canta a su bebé. El problema era que la canción “Mercedes Benz” no era sobre lo maravillosos que son los Mercedes-Benz, sino acerca de lo espantoso que es el consumismo. Para Janis, poseer cosas solo nos hace querer poseer MÁS cosas, y eso no resulta bueno para el alma. La estrofa que se canta en el aviso dice más o menos así: Oh Señor, ¿me compras un Mercedes Benz? Todos mis amigos tienen Porsches, necesito desquitarme. Trabajé duro toda mi vida, mis amigos no me ayudaron. Por eso, Señor, ¿me compras un Mercedes Benz? Hay más estrofas en el tema, pero a la gente de la marca ya no le interesaba porque no mencionaba Mercedes-Benz sino un televisor color y una noche de juerga. Ese era el punto que establecía Janis: la canción mencionaba cosas cada vez menos caras porque la cantante sabía que todas estaban fuera de su alcance y que, encima, no la iban a hacer feliz. Sin embargo, a los de Mercedes-Benz lo único que les importó fue que los nombraba. Por eso conviene fijarse bien qué dice una canción antes de elegirla para musicalizar un aviso. Sobre todo cuando menciona a nuestra marca. (Fuente: Cracked.com)
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