Convirtiendo a la Comunicación en resultados Todos buscamos resultados tangibles (visibles) en nuestros negocios e inclusive en nuestras vidas; sin embargo, por acelerados o inmediatistas podemos llegar a “matar a la gallina de huevos de oro” esperando resultados en muy corto tiempo, cuando por el proceso o por la situación de inicio, los resultados podrían tardar meses e inclusive años; ejemplo: reposicionamiento de una marca luego de una crisis, duplicación de las ventas en un mercado nuevo, mejora del clima laboral o socialización de la cultura organizacional en el personal. ¿Cuál es el fin último de la Comunicación? Mi propuesta: cambiar un comportamiento. Cambiar el comportamiento para que el receptor (persona, grupo o mercado) haga lo que se le induce: comprar un producto, probar una nueva marca, adherirse a un grupo político, por ejemplo. Al hablar de comportamiento, implícitamente nos referimos a personas; es decir, el protagonista de la comunicación es el ser humano. Es cierto que nos comunicamos con las plantas y con los animales pero los dejaremos a un lado, aunque no los excluimos del presente análisis. sobre la Paciencia Paciencia exige el maestro sabio a sus pupilos para cambiar sus modelos de pensamientos, para adquirir nuevos hábitos, para desarrollar habilidades físicas y para mejorar sus actitudes y comportamientos. Paciencia es lo que tiene la gente que trabaja en el campo cuando sabe que si cosecha antes de tiempo, él arruinará todos los esfuerzos previos (no el clima tampoco una plaga). No hay ser vivo más complicado, con mayor grado de entropía, que el ser humano. Sus genes, sus circunstancias y sus decisiones generan su modo de pensar, sentir, hablar, actuar y comportarse. Entonces, si nuestra intención como comunicólogos es modificar su comportamiento, el proceso tomará tiempo. ¿Cuánto tiempo? Esta pregunta es la que marca la diferencia entre ser paciente o impaciente. Volviendo al ejemplo del agricultor, él conoce cuándo cultivar; cómo preparar la tierra antes de cultivar; cuándo, cómo y con qué productos abonar los cultivos; cuándo y cómo regarlos; de qué agentes externos protegerlos; cuándo considerarlos arruinados o listos para la cosecha, inclusive la metodología y herramientas a utilizar. Al conocer en detalle todo el proceso, el agricultor tiene paciencia, y le da tiempo a cada etapa, siempre vigilante a que termine con éxito una para iniciar otra. Si el agricultor no conociera las 5W básicas de los procesos (por qué, para qué, cómo, cuándo y quién) por supuesto que se estresará ya que, por ejemplo, abonaría y esperaría que pronto se den los resultados, o podría dejar que el cultivo se arruine al no saber cómo descubrir que hay brotes de una plaga. Si en la agricultura hay que ser paciente, más aún cuando se trata de procesos en los cuales de las personas se esperan resultados. Por este motivo, para lograr que la Comunicación dé como frutos resultados tangibles y que se sostengan en un mediano plazo por lo menos, ha cobrado relevancia la PNL, los Insights o las Neurociencias con todas sus aplicaciones, siempre buscando el por qué y el cómo del ser humano, para modificar sus modelos de pensamiento, sus paradigmas, sus actitudes y sus comportamientos. sobre la Pasión y la Perseverancia Una de las habilidades que debe poseer un excelente comunicólogo es tener la capacidad de explicar un concepto con claridad, utilizando además pocas palabras. Haremos uso de esta habilidad para referirnos de la Pasión y Perseverancia. Pasión es el sentimiento que impulsa a enfocar todos los esfuerzos y recursos en lograr un objetivo. Ejemplo: la pasión por los autos clásicos te impulsará a ser quien más sabe sobre autos clásicos en tu país (por ejemplo); por lo tanto te impulsará a leer mucho sobre autos, a juntarte con otros apasionados, a ahorrar para asistir a una exposición e inclusive a coleccionar autos clásicos. De la misma manera, la Comunicación exige pasión del comunicólogo para enfocar sus esfuerzos y recursos en el logro de los objetivos de la campaña o de la agencia (mejor si son objetivos SMART para no caer en la impaciencia). ¿La pasión nace o se hace? Definitivamente se hace o se la cultiva. Por lo tanto, padres de familia, maestros y jefes de las empresas tenemos el gran compromiso de abonar una pasión cuando se la descubre en nuestros hijos, estudiantes o personal. Perseverancia es la actitud que logra alcanzar un objetivo. Al tratarse de la actitud de la persona, viene afectada por agentes internos y externos: genética, circunstancias y decisiones. La pasión facilitará que exista perseverancia en el proceso, superación de obstáculos, proactividad, recursividad e inclusive gozo por la obtención de los resultados. Por lo tanto, si tienes un cargo directivo, uno de tus objetivos será descubrir y fomentar la pasión que tiene tu gente para cosechar los frutos de su perseverancia implícita y no recurrir a cursos o consultorías costosas para “sembrar” perseverancia. Conclusión Hay otras P relacionadas con la Comunicación: procesos, principios, proyectos… por supuesto, son interesantes e importantes pero fundamentadas en el ADN comportamental de las personas: paciencia, pasión y perseverancia. Imagen cortesía de iStock
Comentarios