Las agencias de publicidad pequeñas, medianas y grandes se encuentran en un tiempo muerto. Las campañas ya no impactan como antes, las empresas comienzan a verse cada vez más parecidas unas con otras porque se están reciclando las estrategias y lo más innovador que se encuentra son los truchos publicitarios que se usan para ganar premios, pero que NADA demuestran la capacidad para enamorar al público. La publicidad ha “encallado”. El crecimiento exponencial que sufrió la publicidad llegó al punto de la saturación. La generación de los “Millennials”, con su amplió espíritu emprendedor, arrasó el mundo publicitario fundando agencias que, a pesar de ser pequeñas o medianas, peleaban codo a codo con las grandes y las obligó a diversificarse; sin embargo, hay un sin sabor en este momento. Hay una enorme cantidad de agencias y publicistas independientes que no aportan nada innovador, en vez de eso todo se ha convertido en una carrera contrarreloj de quién logra acaparar la mayor cantidad de clientes y premios, lo que ha generado una monotonía creativa. Las campañas publicitarias se están planteando de manera masiva, intentando llegar a la mayor cantidad de personas posibles y luego, resta esperar a cuántas personas habrán logrado atraer su atención. Por si fuera poco, no se está pensando en las campañas a largo plazo, se les desarrolla como algo momentáneo y que no logra trascender en el tiempo. Todo lo anterior no se refiere a que la publicidad se encuentre pasando por un mal momento, en realidad le ha ocurrido lo mismo que les ocurre a los productos respecto a su ciclo de vida, ha llegado a un nivel donde ha parado de crecer. La pregunta es ¿se quedará estabilizada ahí y luego comenzará a subir o por el contrario seremos partícipes de un declive? Sería complicado decirlo si incluso tenemos en cuenta que muchos emprendimientos han tomado la decisión de hacerse cargo de sus propias promociones, no porque consideren que la inversión publicitaria no sea necesaria, sino porque ven la publicidad como algo que no está moviendo a las personas. El consumidor se ha vuelto más inteligente, más selectivo, busca cosas nuevas, mientras que las empresas se encuentran vendiendo estrategias pre-fabricadas, reutilizan conceptos y llevan a la marca a convertirla en una más del montón. No pienso que sea un panorama desalentador, creo que estamos en ese momento de lograr cosas enormes, pero deben recuperarse los intereses de ser cada día mejores y brindar resultados a las empresas, no pensar en cuántas campañas puedo hacer en un mes sin preocuparme por su efectividad. La nueva generación de publicistas que se levanta debe encargarse de darle una nueva cara a las agencias, con ideas frescas y nuevas maneras de ver el mundo. Imagen cortesía de iStock
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