Los cambios nos llegan a los creativos. Cuando nos enamoramos de la profesión por primera vez, no conocíamos mucho sobre ésta y a dónde nos llevaría. Estábamos emocionados y; aprendiendo, fuimos desarrollando mejor el criterio, pero nada es eterno. Llega un tiempo en donde te miras al espejo y te das cuenta que no puedes volver atrás. Los tiempos en donde hacías lo que no debías hacer, ya pasaron. Has entendido cómo se hace lo que es correcto. Tu “máquina” para crear ideas no es la misma, bueno, en realidad, ahora tienes una y quieres hacer algo más allá de lo que debes hacer.
En la adolescencia se descubre la propia identidad y encontrarla es uno de los momentos más intensos de nuestra vida. Cuando te das cuenta qué es lo quieres crear y que en realidad siempre fue tu deseo hacer, desde muy pequeño, entonces encuentras un propósito vital en tu profesión, sabes a dónde quieres llegar y las cosas se comienzan a dar, llamas la atención de las agencias, eres promovido a una muy buena, creativos importantes gustan de tus ideas y te das cuenta que hay cosas para hacer que serán muy buenas.
En la adolescencia te sientes otro, pero no más importante, sino que irte conociendo te vuelve más reflexivo. Te sientes con vigor por hacer cosas que sabes que tienen mucho futuro y te encanta ponerles “play”. Yo le llamo “la categoría cero”, porque no puedes competir con alguien que recién comienza, ni te sientes tan importante como para compararte con los capos de la profesión. Simplemente eres. Eres alguien que el mundo necesita, las agencias te necesitan y tus directores creativos te necesitan por el simple hecho de que no puedes echar a perder tu talento, tienes que usarlo, porque ya salió a la luz y ahora fluye. El momento de la adolescencia del creativo, llega a sorprenderlo.
Como en la adolescencia, no sabes qué viene, pero tienes la confianza de que hay un futuro por delante. Tu amor y compromiso por la creatividad toma un nuevo rumbo y madura. Ya no es un entretenimiento, ahora es tu destino. Creo que es necesario tener un mentor, porque hay cosas que sentimos, de nosotros mismos, que son nuevas. También sabemos, que ellos están seguros que creceremos, que quieren ver los pasos que damos solos y que quieren ver nuestra seguridad en lo que hemos aprendido para demostrar una verdadera madurez.
La adolescencia es una etapa un poco extraña, pero no deja de ser divertida y es la época de ese crecimiento hacia las cosas grandes. Supongo que tenemos dos opciones: abrir las alas y echar a volar CON TODA o vivir con miedo. Prefiero la primera opción y sé que a las personas quienes confían en mí, también. Entonces, querido amigo “adolescente de la creatividad”, mi consejo es: reventemos esos briefs, no hay límites para pensar, simplemente, usemos el talento original, que va más allá de un pedido y sorprendamos a la gente. Estoy seguro que vendrán cosas buenas.
AUTOR Andrés Gonzales Palacios Medio Psicólogo y tres cuartos de Publicista. Como creativo he entendido que las mejores ideas están en el corazón del consumidor. Realmente, comprender lo que sucede dentro de él y lo que no se atreve a decir, nos lleva a la mejor parte del proceso: tener vivencias empáticas. De esto salen mis palabras, por ello, soy copywriter. Mis colores son las palabras y mis pinceles los lápices. Encuéntrame aquí: http://ow.ly/Xzcok Imagen cortesía de iStock
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