Dicen que cada país elige al presidente que se merece, o en otras palabras, cada presidente es el reflejo perfecto de la sociedad que lo eligió. En el caso de Guatemala, basta leer los titulares de los periódicos en cualquier día del año, para darnos cuenta que este dicho popular ha trascendido de tal forma, que hoy más que una frase, es un mandamiento histórico. Pero no quiero darles todo el crédito de tan malas decisiones a los latinos. Este virus de la estupidez colectiva se contagia más rápido que el zika, y si no me creen, volteen a ver para arriba, donde encontrarán que los brillantes gringos están cada vez más cerca de elegir un líder que les quedará como anillo al dedo – al menos a muchos de ellos –. Y es que Donald Trump representa a la perfección ese estereotipo de gringo ignorante, egocéntrico, violento y racista que cree que el mundo empieza en Rio Grande y termina en la frontera internacional. Ahora guardemos un minuto de silencio por esos gringos que si piensan. Si siguen acá, seguro se están preguntando: ¿qué chingados tiene que ver el idiota de Trump con la publicidad? Pues, tiene mucho que ver, porque abajo de ese grotesco peinado, hay un tipo con un bronceado falso que día a día nos regala cátedras, a todos los que intentamos dedicamos a diferenciar una marca de otra. Digo intentamos, porque pocos, muy pocos, lo hacen con éxito. Miremos los hechos: a Donaldcito le crecen nuevos defectos cada día. El tipo hace que inventarse nuevos insultos sea fácil y es experto en incrementar el nivel de odio a nivel mundial. Pero a pesar de su machismo, su homofobia, su racismo y su sed de violencia, el cabrón nos tiene hablando de él todos los putos días. Así que por favor, ¡abramos los ojos! Abrirlos vos, que con el pecho inflado te auto-proclamas creativo frente a tu familia y amigos, y vos, gerente de marca que crees que tu profesor de la maestría te dará la respuesta a todos tus problemas. Abramos los ojos y disfrutemos las lecciones que este detestable nos da gratis, todos los días, en todos los medios. ¿Querés diferenciar a tu marca de la competencia? TRUMP IT! ¿Querés incrementar el bendito awareness? TRUMP IT! ¿Querés generar más conversaciones? TRUMP IT! ¿Querés dejar de usar la palabra viral en vano? TRUMP IT! FUCKING TRUMP IT todos los días, sin parar. TRUMP IT es que te resbale lo que hace tu competencia. Es atreverse a ser diferente de verdad y mandar al carajo lo que dice el estudio de mercado. TRUMP IT es tener los huevos de darle una personalidad clara a tu marca, sin importar si unos te odian y otros te aman. TRUMP IT es ir al choque, es ser irreverente, es defender tu forma de ver el mundo hasta con los dientes. TRUMP IT es dejar de pensar cómo quedar bien con tu jefe y empezar a tomar acciones para que tu marca trascienda. TRUMP IT es dejar de basar tus decisiones en lo que han hecho o dejado de hacer los demás, ¡es generar un sentimiento alrededor de la marca que te da de comer todos los días! Si les preguntaran el nombre de otros tres candidatos a la presidencia de Estados Unidos y su plan de gobierno, ¿qué dirían? Seguro como yo, permanecerían con cara de idiotas tratando de recordar por lo menos a uno – sin contar a Hillary –. Pero tranquilos, porque la culpa no es nuestra. La culpa es de ellos, porque todos son más de lo mismo. Políticos tradicionales, que cada cuatro años se tratan de diferenciar unos de otros, hablando el mismo idioma y prometiendo las mismas cosas pero con palabras diferentes. Así como le pasa a tu marca desde hace años. Y es que el problema con no atrevernos a ser diferentes hoy, es que le estamos dando chance a la marca o persona incorrecta, que lo haga antes que nosotros.
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