El estereotipo de empresa en nuestro país está tan arraigado en el ADN del mexicano promedio que se ha convertido en definición para todos aquellos que laboramos en una oficina. Bueno hasta contamos con el apodo de “Godínez”, o “Godín” . Pero descubramos los puntos que caracterizan a este singular personaje para empezar a adentrarnos en el tema.
- Rigidez en sus procesos. Nuestro compañero Godínez se caracteriza por llevar las cosas como se ha hecho siempre. No pregunta, no cuestiona, ni le interesa de ninguna forma salirse del esquema establecido. Él es feliz entrando a las 9 de la mañana y saliendo a las 6 de la tarde sin cuestionar si hay una mejor manera de hacer las cosas.
- Colaboración limitada. Por lo regular las pláticas de negocio que llega a entablar no van más allá de las que realiza con el compañero de su cubículo de al lado, o los 15 minutos que se pasa con Lupita, la secretaria de su jefe en la copiadora.
- Procesos burocráticos. La larga lista de proveedores que lo acosan durante todo el día no disminuye debido a que la aprobación de facturas tiene que llevar la firma del presidente de la compañía, porque si no, no hay cheque.
- Esquema de ventas anticuado. A sabiendas de que sus clientes han permanecido en su cartera por más de 10 años, no innova en sus productos y mucho menos en sus técnicas de captación de nuevos prospectos. Para él, todos lo aman y no existe competencia.
- La tecnología es algo totalmente ajeno a él. Eso del internet y las computadoras es algo que sale muy caro y en lo que no vale la pena invertir ni un centavo. ¿Para qué, si con el teléfono se puede comunicar sin problemas con toda la gente a su alrededor?
¿Les suenan conocidos los anteriores puntos? ¿Pasa esto en su empresa? Si es así, cuidado. Ésta podría estar a punto de desaparecer. El peor enemigo de cualquier corporación es pensar que su estructura debe permanecer sólida y sin alteraciones. ¡Grave error! Lo que ayer pensábamos que funcionaba, hoy puede haber cambiado radicalmente debido a la preponderancia de la inmediatez que se ha llevado al extremo gracias a la vida digital. Pero no hay que escandalizarnos, ni ponernos a pensar que todo está perdido. Si bien es verdad que es necesario una transformación, existe una luz al final del túnel que nos puede llevar a enderezar el camino y prepararnos para poder sortear con éxito este cambio en la manera de llevar nuestro negocio. Les comento a continuación algunas acciones que son claves para dar un giro en 360° que sentará las bases para entrar de lleno al esquema de un negocio digital. Acción 1. Las herramientas digitales, como los ERPs son el primer paso a considerar en este cambio. Su gran ventaja radica en poder gestionar a la medida de cada negocio los diversos procesos que esta tenga sin importar si son internos o de relación externa (proveedores, facturas, cobros y pagos). De esta forma se agilizará todo el proceso administrativo lo que permitirá el “descongelamiento análogo” permitiendo que las siguientes acciones se lleven a cabo. Acción 2. Una vez que los procesos están alineados en una plataforma digital, el segundo paso es lograr que la gente no se quede atrás al momento de trabajar en equipo. Es en este punto donde una Red Social Corporativa como ZYNCRO, Slack, Yamer, etc, debe ser lo segundo a implementar. El esquema de colaboración se verá agilizado de manera insospechada al permitir que la gestión de proyectos, la colaboración con proveedores y el feedback con el cliente se orqueste al unísono. Además, si nuestro negocio lo requiere, es posible unir toda la información contenida en el ERP con esta plataforma para que ningún archivo o base de datos se quede fuera de la jugada. Acción 3. Con el terreno preparado para navegar en el entorno digital, toca el turno a la revisión del modelo de negocio basado en esta nueva forma de trabajar. Esto de seguro arrojará nuevas oportunidades, o incluso productos o servicios, que no se tenían anteriormente contemplados, lo que derivará en la entrada de ideas nuevas para refrescar lo que anteriormente creíamos perfecto o incapaz de sufrir un cambio. Acción 4. Por último, una vez que se tenga esta evolución andando en las entrañas de la empresa, no podemos sentarnos a descansar. Esta reingeniería será un proceso en constante desarrollo, por lo que un departamento de innovación tecnológica no le vendría mal al organigrama de la misma. Este debe ser el encargado de siempre estar vigilando los avances que surjan en el ámbito tecnológico para revisar cuáles de ellos se pueden aplicar al mejoramiento de la organización. De esta forma nunca nos oxidaremos y estaremos preparados para lo que la competencia y nuestros clientes desarrollen o necesiten. Imagen cortesía de iStock
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