Los ubicamos como los de traje (que siempre salen a su hora), buena onda, que te hacen firmar cuando entras, cuando te vas, cuando la cagas o cuando te echan. ¿Y qué con esto? pues que creo que en la publicidad «apestan». Probablemente me equivoque porque no conozco todas las agencias, pero en las que he estado o me han entrevistado, me parece que son de los más parcos, grises, sin chiste, mediocres. Sus funciones se limitan a tener todo documento “en orden”, trabajo que cualquier persona con la primaria terminada podría realizar; y los que tienen la avanzada tarea de entrevistar, pareciera que memorizaron las preguntas del manual: “¿Cómo te describes?” “Dime tu peor defecto” “¿Por qué quiere cambiar de trabajo”. La mayoría de ellos no tiene ninguna injerencia en las contrataciones, con que el director creativo le parezcas útil es suficiente, y no digo que la opinión del creativo no sea importante, solo que cualquier contratación debería tener un mínimo de investigación para saber si cumples con la filosofía, necesidades o requisitos básicos de una corporación. Platicando con el director de RH LATAM de una importante compañía trasnacional (no de publicidad), me comentaba la importancia de generar un plan de vida al interior de la empresa y como se iba trazando este proyecto profesional de cada empleado. La consecuencia inmediata de este formato era la seguridad de contar con las personas indicadas a cada puesto, detectar las fallas y para el empleado era muy clara la posibilidad de ir creciendo al interior de la empresa y los pasos que debería cumplir. A diferencia de esta tendencia, recuerdo que a principios del presente siglo, en una de las más grandes agencias de publicidad, era bien sabido que para aspirar a un mayor puesto (y por lo tanto un aumento considerable) era necesario renunciar, te ibas un par de meses y después listo, tenías puesto y salario deseado. La mayoría de los clientes me han comentado que una de sus incomodidades es la constante rotación de personal al interior de las agencias, para ellos es muy complicado tener que tratar con gente nueva todo el tiempo ¿cómo podemos evitarlo? Desarrollando gente, preocupándonos por tener programas de crecimiento, darle a todos una constante capacitación. De inmediato me dirán que es muy costoso y poco redituable pues una vez que están capacitados renuncian y se pierde todo. No es así, pues un empleado que ve su crecimiento tiene una mayor empatía con la empresa, pero si todo se reduce a dinero, pues es normal que al primer bofetada de billetes salgan corriendo. Estamos llenos de gente sin talento, gente que jura que sabe hacer de todo y resulta que no es capaz de hacer nada. Todos se quejan de los horarios y los malos tratos. Los exámenes de admisión son rutinarios, las entrevistas son pobres de calidad, pero sobre todo, el desarrollo al interior de las agencias es miserable. Una agencia no solo son creativos y cuentas, también hay otros departamentos que hacen que el medio se desarrolle, mientras la maquinaria no funcione en todos sentidos, seguiremos siendo un industria pobre de calidad, pobre de desarrollo, pobre socialmente. Imagen cortesía de iStock
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