A menudo nos quejamos de todo aquello que querríamos hacer y que no hacemos. Siempre ponemos como excusa que no tenemos tiempo, y pasamos la vida esperando a que llegue algo más que será lo que nos hará felices: acabar los estudios, un nuevo trabajo, comprarnos un perro, una casa más bonita, un ordenador mejor, las vacaciones… Hace no mucho alguien me enseñó que en la vida hay que saber priorizar, y que para ello hay que clasificar nuestras obligaciones o quehaceres en diferentes categorías: por un lado esta lo urgente, que es aquello que necesitamos hacer ya, porque hay un plazo de entrega, una cita fijada o por cualquier otra razón. Por otro lado esta lo importante, que es aquello que enciende nuestro corazoncito, y que a menudo postergamos porque no es urgente. A menudo confundimos lo urgente con lo importante. Con cualquier nuevo asunto o tarea que nos asalta tendemos a pronunciar el famoso “tengo que hacerlo, es muy importante”. ¿Es realmente importante para ti o solamente es urgente porque tiene que entregarse ya? Algo que sea importante para ti no “tendrá que hacerse”, si no que “se querrá hacer”. Lo importante puede ir desde querer escuchar música hasta un proyecto personal, que dejamos en el cajón por miedo a arriesgarnos. ¿Nos merece la pena ser infelices de por vida por miedo? ¿en serio? Nadie debería dejar de cumplir sus sueños por miedo. ¿Qué es el miedo y por qué nos bloquea de esta manera? Miedo: “Del lat. metus ‘temor’.
- m. Angustia por un riesgo o daño real o imaginario.
- m. Recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea. “ (R.A.E)
El miedo es aquello que nos impide ser plenamente felices, porque nos angustia y aterra correr el riesgo a hacer el ridículo, a fracasar, a ver nuestros sentimientos expuestos… Como dice la definición, a que ocurra algo distinto de lo que deseábamos, ¿pero es que acaso vamos a conseguir aquello que deseamos sin correr el riesgo? No es más listo quien menos se equivoca, sino quien más veces lo intenta. ¿Y qué decir de la pereza? El éxito y la satisfacción personal no son para los perezosos, sino para los que trabajan duro día tras día, para los que se acuestan tarde y cansados y se levantan pronto pero con ilusión. Para los que cada día es una nueva oportunidad y un tramo más recorrido en el camino. La música no llamará a tu puerta un día para decirte “¡Hola, amigo! Pasemos un rato juntos”, tampoco será el trabajo de tus sueños el que se presente un día frente a tu ventana y te invite a hacer algo, ni te despertarás un día y al abrir el ordenador ese libro que llevabas tanto tiempo queriendo escribir se habrá escrito solo. Lo siento, pero nada de eso va a ocurrir, esto no va de esperar sentado a que todo aquello que quieres que suceda venga a ti. Lo emocionante es ir a por ello y disfrutar del camino, como en un buen viaje: está claro que lo mejor de todo será el destino, ¿pero acaso no es hermoso disfrutar del paisaje? Por último pero no menos paralizante, la comodidad: una día ya hablamos sobre la zona de confort y lo importante que era salir de ella para que no se convirtiese en nuestra zona de riesgo. Os recomiendo echarle un vistazo para descubrir lo importante que es hacer de vez en cuando cosas que nos asustan y nos pueden resultar incomodas al principio, ya que al final acaban aportándonos experiencias maravillosas y grandes enseñanzas. Creedme, más allá de lo que os resulta cómodo hay todo un mundo de posibilidades esperando a ser descubiertas, como islas paradisiacas e inhabitadas. En el camino hacia aquello que deseas encontrarás obstáculos, habrá mucha gente que te diga que es imposible, pero no te preocupes, es solo que ellos aún no lo han intentado. Dependiendo de cuál sea tu meta quizás te tachen de loco, pero “solo la gente que está lo suficientemente loca para pensar que puede cambiar el mundo es la que al final lo cambia” y, total, la mayoría de los genios de la historia de la humanidad fueron llamados locos en su día. Cuando lo consigas muchos te hablarán de la suerte que has tenido. Será entonces tarea tuya informarles de que no es suerte todo lo que reluce, sino más bien esfuerzo, dedicación, ensayo y error hasta llegar al acierto, noches sin dormir e innumerables tazas de café. Demuestra que no ha sido suerte, sino pura pasión, quizás así consigas inspirar a alguien más que seguía pensando que algún día tendría tiempo para cumplir sus sueños. Si pasamos la vida esperando a que llegue ese momento, ésta se nos escapará entre los dedos. Si lo quieres, ve a por ello, no importa que trabajes, que estudies o que además tengas una casa que atender. El que quiere saca tiempo, el que tiene miedo saca excusas. ¡Menos dormir y más soñar! Imagen cortesía de iStock
Discussion about this post