‘-Y ahora prosigamos con los votos matrimoniales. -Estimado diseñador gráfico: Prometo ser el redactor de todos los trabajos que compartamos, el redactor de todas nuestras ideas, por todos los años que pasaremos juntos. Prometo ayudarte a mejorar tu ortografía cada vez más, pasarte varias propuestas de titulares y no sugerir Comic Sans como tipografía para la gráfica. También quiero que cada idea que produzcamos sea nuestro pequeño hijo adoptivo, que cada propuesta rechazada la lloremos juntos, pensando que la próxima resurgirá de las cenizas como el ave fénix para sorprender al cliente y mejorar como dupla. -Yo, diseñador de esta dupla prometo no burlarme de tu carencia de habilidades para dibujar un perro, un árbol o una casa con chimenea. Me comprometo a expandir nuestra carpeta de trabajos haciéndolos cada vez mejor. Quiero que sepas que cada archivo final de Photoshop llevará tu apellido de primero como símbolo de nuestra unión y también que tengas en cuenta que nunca me voy a dar por vencido, porque cuando un concepto se daña se debe perseverar para trabajarlo y sacar adelante mejores campañas. -Por el poder que me auto-otorgo como Director Creativo, los declaro gráfico y redactor, pueden empezar a crear. Trabajar en duplas creativas es así, se da tanto como se recibe. Requiere de un alto nivel de compromiso por parte de los dos. El redactor y el diseñador gráfico son precisamente las dos caras de una misma moneda, pero se deben complementar para producir campañas geniales que sorprendan a sus jefes y clientes. Sin lugar a dudas conocer a la otra persona es fundamental. Destacar de vez en cuando sus fortalezas y trabajar en sus debilidades hace que sea un “matrimonio” más próspero y productivo, porque una dupla feliz y satisfecha produce mejores resultados. Pero no se puede dejar de lado que para crear fuego se debe generar fricción. Siempre es bueno que las duplas mantengan una buena comunicación entre sus partes, pero al momento de producir ideas usualmente se generan ciertos roces y tensiones que dan lugar a discusiones altamente creativas, obteniendo lo mejor de cada uno. Después de estas discusiones es que se gestan las mejores ideas, las más divergentes e inusuales. Al igual que una pareja real, una dupla hace muchísimas cosas juntos como conceptualizar, estudiar el brief y presentarle al director creativo. Pero hay que darle un espacio al otro, dejarlo respirar, ya que para vectorizar un logo no se necesita tener al redactor, al igual que para elegir un sinónimo no se requiere a un diseñador al lado. Aunque las habilidades de cada uno son totalmente opuestas al del otro, se complementan perfectamente cual Ying-Yang, dando el equilibrio perfecto a la célula básica de la publicidad. Es importante respetarse el uno al otro, porque 4 de cada 5 duplas, se divorcian después de la primera campaña. Imagen cortesía de iStock
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