Mucho tengo que destacar la gran habilidad creativa de los jóvenes de hoy, que hay que decirlo no se parecen nada a los de ayer, o sea los hoy chavo-rucos (como un servidor). Sin embargo hay reglas obligadas para el desarrollo de lo que concebimos como creatividad y es que nada se puede llevar a la realidad si primero no pasa por el proceso de “arrastrar el lápiz” en una hoja de papel. Una dinámica que mucho he compartido en el ámbito de la chacota radiofónica, con mi cómplice creativo y hermano de música, ideas y loqueras, Arturo Ortiz. Por ejemplo un día, sentados, recordábamos nuestro origen guayabo de cuerna vacos, lo que contribuyó al título de un concepto televisivo. Pero eso no hubiera sido posible si no lo hubiéramos pensado y escrito. Éramos conscientes de dónde queríamos llegar y que teníamos que ser disciplinados. Hoy, me he dado cuenta que las nuevas generaciones han sustituido el papel blanco o inclusive el papel revolución, donde las plumas negras resbalan tan bonito, por el frío cristal de las pantallas, las cuales no repruebo pero no saben, cómo buena computadora, tener honor para mantener la información. Qué bonito es ir a los apuntes de libretas, donde reposan las ideas captadas en el aire y entender el conocimiento compartido por grandes maestros. Recuerdo una gran frase de Roberto Armendáriz, pilar de la radio en Morelos y México, gran locutor y periodista. Él me decía, cuando en el año de 1992 dirigía el aquel entonces Sistema Morelense de Radio y Televisión, “Cárdenas, lo que bien se escribe bien se lee, así que aprenda a escribir bien. Para que lo sepa leer como un locutor debe hacerlo. Y honre el oficio”. Esas palabras marcaron mi desarrollo y me obliga a que cualquier cosa, por más sencilla que sea y tenga que ser grabada, debe pasar por el obligado paso de ser plasmado en una hoja de papel. No hay libertad más grande que la de aprender a pasar las ideas al papel, plasmando el por qué y para qué; entendiendo que la creatividad es tan libre como la disciplina lo permita y acepte, haciendo de la rebeldía, la pasión y las ocurrencias, magia. Imagen cortesía de iStock
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