Viviendo el zapping de todos los días, en todos los medios de comunicación, me queda muy claro que la ficción se vuelve realidad total. Si bien es cierto, los mexicanos ya tuvimos nuestra dosis de ojos abiertos con la película La Dictadura Perfecta, me parece que las bases de la famosa caja china, están más presentes en la obligada pieza de cine instructivo Wag The Dog, o Escándalo en la Casa Blanca, una recomendación que me hizo mi profesor y amigo, el especialista en social media, Miguel Velasco. Todo aquel que se precie de vivir en el mundo del marketing político debe ver y entender esta cinta, una referencia cinematográfica creativa de tan mencionada estrategia de distracción. Pero bueno, atraparon por tercera vez al Chapo. Al día de hoy me pregunto si ya es marca registrada, porque el contenido que existe actualmente de este personaje es muy vasto, desde reportajes hasta documentales, incluso un videojuego. Y qué decir de Kate y Sean, quienes lograron llegar hasta el personaje, logrando lo que ningún otro ser en el planeta había logrado, platicar con el señor y juntos preparar una película biográfica. Ahora, vámonos a “la carnita del taco” que se cocinó, ¿realmente le creemos a la institución más importante en el país? Más allá de la figura del vocero que existía en el sexenio de Fox, hoy han convertido a Twitter en el medio de comunicación que informa a todos los ciudadanos de un país. Es paradójico que la prioridad ha sido localizar a este singular personaje y no a los 43 estudiantes de Guerrero o no dar respuesta a las peticiones de millones de ciudadanos por resolver dudas del por qué la gasolina es mas barata en la unión americana y aquí cuesta lo doble. Me queda muy claro e insisto en este tema, hay cosas que se pueden comprar, como un avión, pero hay otras que se tienen que ganar a fuego lento, como la credibilidad. Hoy pareciera que los errores valen más por haberse resarcido que por haberse cometido. La comunicación de este sexenio ha sido tan mala, que no entendemos como nadie se ha detenido a decírselo a sus protagonistas, esos personajes de los que día a día se escriben noticias que son parte de la memoria colectiva de este país. La sugerencia obligada es: no dejen a un político el trabajo de un especialista en comunicación y valoren el tener verdaderos asesores, antes de montar un show en un momento equivocado, con un país que poco cree.
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