Como en todas las relaciones el principio fue bueno, recuerdo que me sentí halagada, bendecida por tener la oportunidad de vivir algo así. No olvidaré la ilusión previa guardando recortes que iba pegando con amor y paciencia en un álbum. Saturé a mi familia y amigos a los que no paraba de repetir lo maravilloso de la experiencia que estaba viviendo. Tuvimos una luna de miel maravillosa, disfruté de las noches sin dormir rememorando los buenos momentos vividos. Me olvidé de mí y me lancé al nosotros. Viví cada segundo con la mayor intensidad del momento, con la euforia de las campañas aprobadas y los retos superados. Di lo mejor en cada brainstorming y no falté a ni una sola de nuestras citas. Siempre con la sonrisa acompañándome, siempre con los ojos bien abiertos dispuesta a adelantarme a tus necesidades. Con el paso del tiempo recibí los primeros avisos de que la relación no era tan óptima como pensé en un principio. La espalda comenzó a quejarse tras largas jornadas sentada, las quejas de clientes y los roces de la convivencia me dejaron muy dañada. Tanto que enfermé en varias ocasiones unas física y otras psicológicamente. Entonces leí casualmente un artículo sobre los beneficios de la infidelidad y comencé a pensar en la posibilidad de dejarme llevar. Empecé a pensar en mi misma, en lo que no quiero y en lo que no me gusta, en lo que me hace mal y en lo que me quita la ilusión. Así fue como llamé a la puerta de otras agencias, al principio dudando de que otros me quisieran después con la convicción de que los profesionales merecen un trato como tal, un respeto a su dedicación y esfuerzos. Antes de dar el paso hablamos, mejor dicho intenté que nos comunicáramos, planteé varias opciones y por respuesta recibí dos letras: no. Un monosílabo que fue mi liberación, ahí fue cuando decidí que podría dejar de tontear con otras agencias para ser infiel, para demostrarme a mi misma que creo en mi capacidad y que si una relación ya no me motiva debo ser sincera con otros, dejar mi puesto para quiénes sí decidan apostar por ti. Como dicen Calle 13 por lo que fue y por lo que pudo ser /por lo que hay, por lo que puede faltar /por lo que venga y por este instante /¡a brindar por el aguante! Imagen cortesía de iStock
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