¿Quién de nosotros no ha estado ante un anuncio publicitario que evoca con satisfactoria precisión lo que piensa que necesita o cree que quiere? Me atrevo a asegurar que hasta quienes hemos estado detrás de la “magia” que los hace posible, incluso aquellos que se sienten incontrovertidamente inmunes a ellos. El poder de la publicidad puede hacer que un jingle se convierta en un ícono generacional y hasta trascienda el tiempo, pasando a formar parte de una cultura, un símbolo artístico; también la presencia continuada de una marca en la mayoría de los hogares puede transformar a la marca en referencia local del producto genérico; pero no hablo de planes malévolos diseñados por sociedades secretas bien descritas por antagonistas conspiranóicos, cuando me refiero al poder de la publicidad solo hago referencia al lenguaje empleado por inofensivos (a veces) creadores y a cinco tipos de mensajes que hacen a un anuncio poderoso. Anuncios que inspiran ternura. Regularmente son usados para productos de lavandería, de higiene personal, íntimos, pero también pueden verse en otro tipo de productos. Su efectividad es inmediata, no hay quien no se derrita ante un cachorrito juguetón, una niña aprendiendo a contar, niñitos disfrazados de animales, una viejecita a la mitad del campo o una pareja de viejitos retozando juntos, un hombre ayudando a una dama o un padre abrazando a su hija; en fin, las imágenes tiernas tienen un efecto poderoso en la gente, porque todos nos sentimos deseosos de amar o recibir amor, es institivo, y en cierto modo hasta benéfico, pues tener referentes de solidaridad, serenidad, armonía y protección es importante para aprender a convivir. Anuncios que inspiran placer. Casi siempre relacionados con chocolates o golosinas, licores, productos de lujo, automóviles, algunos productos de higiene personal, más que todo dirigidos a la buena apariencia, a resaltar nuestro atractivo; aunque podemos verlos también en productos de otras categorías. Son impactantes, a veces polémicos, en ocasiones despiertan en la gente la natural picardía que suele producirnos lo erótico; en la actualidad, si se abusa del mensaje, pueden traer problemas con los lobbies pro-derechos, y a nadie le conviene que una ONG enfadada arruine una campaña publicitaria; por eso estos suelen ser los más delicados y sublimes; elevan el gusto, buscan las aspiraciones, demuestran que cada quien tiene su lado B, que el hedonismo, la sensualidad o el carisma también nos hacen encantadores y que son muy necesarios para encontrar esos momentos en que nos llegamos a sentir a plenitud. Anuncios que inspiran sociabilidad. ¿Quién no admira a esos personas luchadores como la Madre Teresa de Calcuta o Mandela? ¿Acaso alguien se puede resistir al poder que evocan Malcolm X o Evita? Imágenes como la de la caída del muro de Berlín o la del hombre llegando a la luna se han convertido en auténticas referencias del siglo XX y todo eso implica que a la gente le encanta reconocerse, identificarse con otros; cuando en un anuncio hay amigos compartiendo, gente ayudando otros, jóvenes graduándose, emprendedores teniendo éxito, no hay minoría que no salte de felicidad y como todos, de alguna forma somos parte de una minoría, pues no evitamos que el poder de anuncios, recurrentemente de universidades, aseguradoras, bancos, asociaciones sin fines de lucro y nos toque y haga brotar la esperanza de que podemos siempre ser mejores personas. Anuncios que inspiran saber. Antes eran muy usados para nuevos productos como los quesos untables, las sopas deshidratadas, los televisores y toda clase de nuevos inventos; pero en la actualidad se usan para explicarnos qué es el calentamiento global o cuánta gente pobre hay en el mundo así como para motivarnos a apoyar algún evento, por lo que las federaciones deportivas adoran usar estos mensajes, también las farmacéuticas o algunos productos cuya imagen comienza a dejar de verse bien en el mercado. Los anuncios intelectuales, si son aburridos no tienen mucho poder, pero si son entretenidos, inspiran; sirven para influenciar al público, para cimentar ideas, para corroborarlas o para erradicar mitos o prejuicios de la colectividad; por lo que pueden llegar a ser los más beneficiosos entre todos o ¿qué sociedad avanza anclada en ideas preconcebidas? Ir hacia adelante es progresar y algunas marcas nos ayudan a hacerlo. Anuncios que inspiran triunfo. Hacen referencia al poder del trabajo, el esfuerzo individual, lo que logramos, del camino al éxito; esta vez no se trata de lo que juntos podemos hacer, sino de lo que cada quien ha hecho para tener lo que tiene; con frecuencia los usa la banca, las casas de bolsa o inversiones, también los negocios multinivel, cruceros, paquetes vacacionales, productos dietéticos y muchas marcas más; porque este tipo de mensaje puede venir acompañado de cualquiera de los anteriores, solo que deben ser fulgurantes, inspirar productividad, realización; algunas ciudades y marcas-país usan este tipo de anuncios porque permiten elevar la imagen, dar la sensación de prestigio, de éxito y riqueza y muy poca gente evade el deseo de tener y trabajar. Ser exitoso es una de las aspiraciones más universales y si es con esfuerzo propio más satisfactorio es.
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