«Algo que me la vivo diciendo es que” lo único que no se puede enseñar es la pasión, por eso tienes que contratarla”. Bueno, pues acá estoy tratando de contratar pasión. No importa si es hombre o mujer, no importa si es arte o redactor. Lo que me importa es que AME esto. Así, con letras capitulares y grandotas. Que lo A-M-E, si no no me sirve. Si no lo ama, no lo quiero y si no lo ama ni se moleste en buscarme. No estoy siendo mamón, simplemente estoy poniendo el requisito y dejando clara la espectativa. En Saatchi necesitamos un Director Creativo Asociado con mucha pasión y muchas ganas de hacer las cosas de manera diferente. Alguien que ya tenga sus años trabajando en esta industria. Con ganas de estar en una agencia de un pedigree creativo enorme y que nos ayude a hacer crecer las marcas para las que trabajamos con sus ideas. Si eso nos lleva a ganar en Cannes uno o dos Leones, pues qué mejor. Pero no es algo que nos quite el sueño. Eso sí, no quiero un enfermo de los premios “a toda costa”. No quiero a un mercenario, prefiero mil veces a alguien con sensibilidad que sepa hacer ideas que conecten con la gente. Ideas que hagan calle. Ideas de las que hable la gente. De esas ideas que hace mucho no se ven allá afuera. Y tampoco quiero un “creativito”. Me cagan los “creativitos” que piensan que por fumar mota y estar harapientos “ya son creativos”. Quiero a un profesional. Que hable inglés, que sepa de estrategia, que se pueda parar adelante de un cliente y convencerlo con razones y persuadirlo con datos e insights, no que le diga “esto está bien chido” o “si no me lo compra es un pendejo”. Que sea puntual. Responsable. Que sepa que a una cita se llega 15 minutos antes de la hora, no cinco minutos después. Que sepa que para una junta importante, se debe ensayar la presentación una y mil veces. Quiero a alguien proactivo, que no espere a un brief del cliente para darle una gran idea, sino que sepa la problemática de la marca mejor que el propio cliente y que se le ocurran ideas que el cliente no sabía que necesitaba. Quiero a un teamplayer. No me interesan las Divas que lo único que anhelan es el spotlight y decir “esta idea es mía”. El típico creativo que tiene bien comprado el pleito “con las de cuentas”. No quiero al lobo estepario. Quiero alguien enormemente talentoso e igual de humilde que sepa que él no es poseedor de la verdad. Quiero que tenga ganas de enseñar, pero sobre todo de aprender. Que sabe que si tenemos dos orejas es para escuchar el doble de lo que hablamos. Y que pueda ser capaz de ver y hacer crecer una gran idea aunque no haya salido de su cabeza. No quiero a un tirano al que todos teman. Prefiero un líder al que todos respeten y le tengan aprecio. Quiero alguien que se haga notar por su humildad y su don de gente. A un guerrero que no acepte un no por respuesta. Quiero que cuando le maten una idea o mil ideas sea el mejor día de su vida porque sabe que tiene la oportunidad de hacer una mejor que la que ya tenía. Quiero que devore el TV y Novelas así como a Transtömer. Que me hable de Tarkovsky y que se sepa en qué va “antes muerta que lichita”. Que sepa de cine, de teatro, de arte contemporáneo y de bizantino. Que vaya a Xochimilco y al Polo a Caleta lo mismo que a Brooklyn. Que sepa de redes sociales pero que no base su vida laboral en facebook, instagram y en cuántos likes tiene su último periscope. Que sepa la diferencia entre Amadeus Mozart y Brian Amadeus. Quiero que se ponga la camiseta de una de las mejores agencias en las que he trabajado. Y claro que no se levante pensando que tiene que ir hasta Santa Fe para “trabajar”. Quiero que todos los días se levante feliz de que va a hacer algo que le apasiona y le divierte y que su reloj no sea el que le dice a qué hora se tiene que ir de la agencia sino el tamaño de sus ideas. Quiero encontrar ese Asociado. ¿Alguien conoce al que llene mi carta a Santa Claus? Buen viernes tengan todos.
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