«Si tus acciones inspiran a otros a soñar más, aprender más, hacer más y ser más, eres un líder.» John Quincy Adams. ¿Quién de ustedes no se habla a sí mismo? La mayoría de nosotros lo hace durante el día y la noche. Un cotorreo constante y sonante que, muchas veces, son diálogos tóxicos que «enferman» a nuestra motivación. Así como se sugiere que para la generación de nuevas ideas es necesario evitar el pensamiento reproductivo (ir por los mismos caminos) y fomentar el pensamiento productivo (descubrir nuevas rutas) para «alimentar» sanamente a nuestra motivación, debemos saber que nuestras acciones están basadas en nuestros pensamientos. Si cambiamos la forma en la que pensamos, podemos comenzar a cambiar las acciones que tomamos. Hay dos cosas importantes de las que podemos estar seguros. La primera es que el futuro todavía no existe como algo tangible y, la segunda es que el pasado jamás volverá. Si vivimos con el ojo puesto en el espejo retrovisor, pensando en lo que hicimos o dejado de hacer, lo único que lograremos será condicionar el presente. La propuesta es avanzar hacia nuestra gran meta: ser mejores líderes y personas, ir en dirección al éxito final. Lo sé, es más simple escribirlo que llevarlo a cabo. Es un proceso interno que lleva tiempo y mucha dedicación. Es posible, ¡dale que se puede! ¿Cuántas veces nos dejamos vencer por alguna frase asesina? ¿Cuántas veces nos rendimos frente al primer muro que se nos presenta? Hay días que solo estamos inspirados para hacer nada –y si esto es echado en la cama mejor–. Cuando esta sensación golpeé a tu puerta y el deseo de procrastinar aparezca, respira hondo y repasa estos 6 tips para mejorar tu motivación.
- Usa tu cuerpo para engañar a tu mente: levanta los brazos o párate como un superhéroe. Ajusta y aprovecha el lenguaje corporal para que juegue a tu favor.
- Planea esta noche tu mañana: solo te llevará 10 minutos. Antes de acostarte, elabora una lista de cosas a resolver en la mañana siguiente. No solo te familiarizas con ellas, sino que, además, es un gran impulso para comenzar el día laboral.
- Usa frases motivadoras: imprime, copia o hazlas de puño y letra. El superávit de frases inspiradores en la red está por algo. Usalas para recordar la importancia de lo que haces a cada momento.
- Celebra tus logros: un selfie abrazo, una palabra de aliento al finalizar el día reconociéndote todo lo que has hecho. Reconociendo lo lejos que has llegado es un antídoto para evitar ver el vaso medio vacío de tu quehacer.
- Ayuda a otros: comparte tu talento y comprueba el impacto que tus acciones pueden generar el los demás. Es altamente motivador
- Recalcula tu proceso: si la ruta trazada llegar a tu meta presenta obstáculos, no dudes en afrontar tus objetivos desde otro punto de vista o modificando el trayecto.
Imagen cortesía de iStock
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