Vendedores de almas. Propias, ajenas o las dos. Este medio en el que nos movemos todos los días está muy acostumbrado a decir o hacer lo que sea con tal de lograr su propósito y hoy me pasó justamente lo contrario. Como muchas veces, nos invitaron a pitchar una cuenta, la verdad el brief estaba bueno, pero como caaaaasi todo pitch, las condiciones eran infrahumanas. Primero, no había brief ja,ja … fue de esas juntas de: hagan lo que ustedes crean que deben hacer. Segundo: Invitaron a 7 agencias, sí ¡7 agencias! Tercero: Nos dieron un día, bueno … tres pensando en que podríamos chambear sábado y domingo para mandar la propuesta el lunes AM. Como les decía, el proyecto está muy retador y con muchísima libertad creativa, lo cual no siempre tienes así que es bueno aprovecharlo cuando es posible. El tema está en que al contarle al director general de la agencia cómo estaba la onda, nos dijo que no, que mejor declináramos. Honestamente cuando lo dijo ni lo podía creer, de nuevo, somos casi siempre vendedores de almas. De entrada dije, wow y qué bueno, porque ya nos veíamos trabajando noches y fines de semana, pero ya después me quedé con un montón de dudas, empezando con: ¿Es realmente correcto bajarse del barco? ¿Hasta dónde sí y hasta dónde no? ¿Cómo te hace quedar frente a cliente? ¿Y qué comunica hacia dentro? ¿Qué pensarán las otras agencias? … ¿Les ha pasado alguna vez? Imagen cortesía de iStock
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