La crisis por la que están atravesando los medios de comunicación en provincia, no es más que la consecuencia misma de la falta de madurez y conciencia mediática en la que se encuentran sumidos desde hace décadas. Es muy común que los españoles crean que en este país seguimos bajo un árbol, como la parodia CHANO Y CHON del show de LOS POLIVOCES, y es que esa misma percepción de nosotros, los mexicanos, es la que tienen los empresarios de los espectadores, o al menos eso parece. Por ejemplo, muchas radiodifusoras siguen engañando al cliente, haciéndole creer que su mediocre estación de radio -sin producción, sin contenido, sin programación de calidad y sin talentos al aire- son la mejor opción de exposición para promover productos y servicios, a un auditorio que prende la radio para meramente escuchar algún “ruidito”, pues en la realidad existen muy pocas opciones para realmente disfrutarla. La semana pasada vi como el evento de una estación simplemente no fraguo, como la soberbia de sus directivos planeaban fuera un éxito, ¿las causas? Es simple saberlo, no han aceptado su posición en la tabla de los lugares de posicionamiento mediático. Cuando PEPSI reconoció que jamás le iba a ganar en popularidad a Coca Cola, simplemente se enfocó en hacer mejores campañas y definir su TARGET; pero algunos insisten en pretender ser los mejores, cuando para eso, más allá de querer, hay que saber y actuar como tal, no solo con buenas intenciones. La experiencia, una cabeza fría, un corazón caliente pero sobre todo ponerse de lado de quien sintoniza su propuesta es la única manera de realmente salir adelante. Ocupando su lugar correcto. Ya lo dice la segunda Ley del Marketing -De las 22 obligadas de saber- Si no eres el mejor en tu clase, crea la clase donde seas el mejor. Me parece que más allá de cambiar de nombres o de imagen, lo primero que debe hacer una empresa es cambiar de actitud. Posdata obligada. Hay tantas cosas en línea y tan buenas, que hacen que la magia de la radio esté en un frágil momento. Hoy es imperativo valorar si lo que escuchamos vale la pena, porque ese tiempo es vida. Imagen cortesía de iStock
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