¿Cómo era Nueva York en 1977? Es difícil describirlo; es más sencillo recomendar la película “Taxi Driver” (Martin Scorsese, 1976). Nueva York era eso que se ve en el filme. Es que en la década de los 70, el crimen alcanzó su nivel más alto en la ciudad. Al mismo tiempo, y no sin cierta lógica, el turismo mostró los números más bajos de la historia. Encima, en 1977 hubo un apagón generalizado, que provocó saqueos y más de 4.500 arrestos. Fue en ese momento cuando el New York State Department for Economic Development encargó a la agencia Wells Rich Greene una campaña publicitaria para alentar el regreso de los turistas. La agencia se puso a trabajar y estableció varios de los elementos principales de la campaña. Tenían un slogan simple y contundente, “I Love New York”, un comercial de TV que destacaba la actividad teatral de Broadway, y una canción francamente espantosa (búsquenla en YouTube si no me creen) compuesta por Steve Karmen y luego declarada Himno de Nueva York. Lo que no tenían era un logo. Por eso el cliente arregló una reunión entre la agencia y el diseñador Milton Glaser. Allí, Glaser sacó del bolsillo un sobre arrugado en el que había dibujado un rápido boceto mientras iba a la reunión en taxi. Consistía en la letra “I”, la forma de un corazón y las letras “NY”, todo en la misma línea. Esa idea, aprobada de inmediato por la agencia, luego evolucionó: Glaser usó la tipografía American Typewriter (que, como su nombre lo indica, simula la letra de una máquina de escribir) y decidió plantar el logo en dos líneas, la “I” y el corazón arriba y “NY” debajo. El diseñador sostuvo que había sido influenciado “subliminalmente” por la imagen de pop art “LOVE” de Robert Indiana, que también dispone sus cuatro letras en dos líneas separadas. Glaser suponía que la campaña solo duraría un par de meses, e hizo el trabajo sin cargo porque quería colaborar con la recuperación de su ciudad. Su creación se convirtió en un ícono mundial y, para muchos, es sinónimo de Nueva York. Tanto que fue usado de forma prominente luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001: el diseñador produjo una versión especial con la leyenda “I Love NY More Than Ever” (“Amo a Nueva York más que nunca”); también le agregó al corazón un punto negro para simbolizar las Torres Gemelas. Aunque Glaser lo haya hecho gratis, el logo es una marca registrada de la New York State Empire State Development (ESD), la principal agencia de desarrollo económico de la ciudad. Por eso, la Ciudad de Nueva York ya ha iniciado más de 3.000 juicios por el uso no autorizado del logo. De acuerdo con una nota del diario británico Telegraph, el merchandising oficial con el logo impreso genera más de 30 millones de dólares anuales. Hoy, el garabato original de Glaser forma parte de la colección permanente del Museo de Arte Moderno de la ciudad de Nueva York. Esa ciudad que tanto ha cambiado y mejorado en las últimas décadas, desde luego que en gran parte gracias a la tarea de varios de sus alcaldes. ¿Y cuánto de ese cambio se debe al logo de Glaser? No se sabe exactamente, pero seguro que no es poco. (Fuentes: logoworks.com; Wikipedia)
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