Una forma de medir el nivel del diseño es en su calidad, y en la calidad se relacionan muchos factores como la técnica, la ejecución del concepto y el resultado. Veamos… La técnica es determinada por el objeto de diseño y por las características que lo deben envolver. Ya sea si el objeto es tangible o intangible, los creativos establecemos los canales y el soporte donde vamos a proyectar el objeto llámese mensaje, producto o espacio. Si se trata de comunicación visual la configuración recae en el impacto de la imagen, aquí la coherencia y la interpretación van unidas a ese impacto. Habrá técnicas que apoyen a la imagen como la ilustración, la fotografía o el video… y esa técnica que desarrollemos se convertirá en estilo, que será nuestro sello y parte de nuestra identidad como diseñadores. Si hablamos de espacios o productos la “técnica” estará influenciada (y desarrollada) por la estrategia que hayamos planeado con otras áreas especializadas. Con el area de mercadotecnia por ejemplo. Aquí se puede crear un discurso que persuada o modifique la percepción hacia el producto o marca. Podemos involucrar, es decir, podemos diseñar una forma de interacción donde usuario, espacio y producto actúen con el fin de generar una experiencia mucho más vital. Ahora bien, la ejecución del concepto, se refiere a la funcionalidad de las ideas. Desde la primer tormenta donde se planea el objeto de diseño, debemos desarrollar la visión del concepto para empezar a descartar alternativas y tomar en cuenta otras, es lo que entendemos como dar forma (configuración) al proyecto. La ejecución conlleva desechar quizá elementos o factores que a nosotros como diseñadores nos gustaban pero que para los clientes no son prescindibles. Lógicamente el diseño madura mejor con una buena y cada vez más asertiva toma de desiciones, una impecable técnica o una buena dirección de estrategia. Entendiendo por supuesto la necesidad de cada problema de diseño. Finalmente sabemos que cada proyecto tiene vida, tiene personalidad.. así que también tiene su propio resultado. Este es quizá el método más certero de medir el diseño. Si al cliente le funcionó la ejecución del concepto y la técnica que proyectamos, lo verá reflejado de varias formas, ventas, aceptación del público, buena retroalimentación o comunicación significativa con los usuarios, etc. Estos resultados conforman una parte importante en la calidad y valoración del diseño. Si desarrollamos objetos sobre todo funcionales, mensajes significativos y una técnica propia, seguramente habremos diseñado un diseño de calidad y lo seguiremos haciendo. Me despido, soy Erika. ¿Ustedes qué Opinan? Hasta la próxima. Imagen cortesía de iStock
Comentarios