A veces formamos una tormenta en un vaso de agua, quizá porque se acaba algo a lo que estamos acostumbrados o simplemente porque decir adiós no es nada fácil, iniciar de nuevo no es la mejor opción cuando ya tenemos un ritmo de trabajo, pero a veces es la mejor alternativa para dedicarnos en realidad a lo que nos gusta. Soy de las que piensa que hay que verle el lado positivo a todo, ya que no hay bien que por mal no venga, y así veamos todo tan repentino y devastador, el futuro nos tiene algo mejor preparado. En este mundo es difícil decir adiós, la publicidad y el ambiente laboral muchas veces es tenso y otras es alegre, pero no nos digamos mentiras, si uno no tiene feeling con el grupo de trabajo, las cosas no fluirán… De igual manera, si ya nos desgastamos mucho en ese mismo lugar, es necesario cambiar. Solo tengo un consejo: si no estás a gusto con tu trabajo, muévete, ¡no eres un árbol! Igualmente piensa bien las cosas y analiza cada etapa de tu vida, no tomes decisiones con la cabeza caliente y deshazte de los perjuicios, quizá de eta manera tu ambiente mejora y todo se torne más agradable. Decir adiós también es crecer, no tengas miedo al qué dirán, a arriesgarte ni a tomar decisiones que nunca has tomado, el mundo es muy muy grande y ten por seguro que hay millones de mentes ansiosas por conocerte y sacarle provecho a tus ideas y pensamientos. Dale, toma aire y reta al mundo, ahora más que nunca estás preparado para volar y encontrar tu rumbo. Foto de portada: Santiago Honoré
Discussion about this post