Cuando escuchamos la palabra violencia, en general pensamos en golpes, malas palabras, sangre, destazamiento, pero no pensamos en la palabra invisible, estereotipo, entre otras. La otra vez tuve la oportunidad de platicar con personal estratégico del Instituto de la Mujer del D.F. y me explicaron más sobre la violencia de género, a veces de las formas más inocentes o peor aún, para una amplia parte de la sociedad, de formas “desapercibidas”. Estereotopación No hay que confundir insights con estereotipos. Los estereotipos ayudan a crear y mantener mentes cuadradas, con creencias inamovibles, el ejemplo más particular de violencia de género que me dieron fueron los comerciales donde las mujeres salen felices limpiando los pisos, lavando la ropa o los trastes, o cocinando. Con esto se refuerza que el papel de la mujer es el estar en su casa. La línea es muy delgada, el insight es que efectivamente la mayoría de estas labores domésticas son realizadas por mujeres, pero en el insight no significa que lo disfruten o lo gocen, como sucede en los comerciales. ¿Qué tantos estereotipos has utilizado? Invisibilización Muchos comerciales se centran en un idioma mayoritariamente masculino como “los ciudadanos”, “los directores” o simplemente, la mujer apareciendo en segundo término. La invisibilización son las formas verbales o no verbales en la que la mujer queda en segundo término, tan simple como decir, ¡nosotros estamos listos! Y que dentro de este grupo existan mujeres. Por ejemplo, no es el mismo significado el que le damos cuando decimos servidor público a servidora pública ¿Me explicó? Donde el lenguaje empezó a democratizarse un poco más fue durante la Presidencia de Vicente Fox, con sus chiquillas y chiquillos, mexicanas y mexicanos. Si observamos o mejor dicho, escuchamos bien, la mayoría del lenguaje usado en la publicidad tiene tintes mayoritariamente masculinos y muchas veces ni siquiera nos damos cuenta. La importancia de que con las imágenes o con las palabras le demos el justo lugar a las mujeres es simplemente eso, que se vean, que se escuchen o que se lean, no que “se den por entendido”. La publicidad nos guste o no es parte de la cultura de un pueblo, es un reflejo, es causa y consecuencia de lo que se vive. Desde nuestra trinchera con estos pequeños grandes cambios podemos hacer la diferencia. A continuación comparto un link que puede serles de utilidad: MANUAL_USONOSEXISTA.pdf Imagen cortesía de iStock
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