No es tan fácil como parece. Por una parte están las diferencias de personalidad y carácter de cada uno de los miembros del equipo y por otra está la eterna guerra cliente-creativo-cuentas; resumiendo mucho el panorama de las agencias, porque en esto como en todo la casuística es infinita. Resumiendo mucho, diríamos que tenemos dos frentes abiertos. Por un lado el frente común hacia el cliente con el que no es fácil entenderse en situaciones como cuál-de-las-malditas-seis-propuestas-en-la-que-solo-hay-un-cambio-de-texto es la que nos quedamos, o la ya clásica, “pues nos gusta la idea pero la refundimos con la propuesta de la agencia YZ y que la desarrollen ellos que son más baratos”. Probablemente esta es la parte en la que toda la agencia se pone de acuerdo y combaten en la misma trinchera. Luego llega el frente interno dentro de cada departamento, donde si no se puede competir en profesionalidad, hay que recurrir al chisme y al peloteo. Como dijo alguien una vez: En esta vida hay que saber llorar y con quién. Basta con sustituir el infinitivo “llorar” por otro infinitivo cualquiera que exprese acción y todo quedará dicho. Lo más común suele ser la combinación chisme-peloteo que viene siendo una jugada inicial de cotilleo sobre el compañero de departamento (bastante habitual en cuentas) y al mismo tiempo adular al jefe, porque a fin de cuentas todos los publicitarios somos susceptibles de padecer el mismo mal, ese que nos deja ciegos (a veces) ante la profesionalidad, productividad y resultados frente a quién nos cae bien y es nuestro amigo del alma. Se puede decir más alto pero no más claro; el trabajo es el trabajo, no es la escuela ni la banda del patio donde uno elige a sus camaradas. A esos los seguirás teniendo en tu tiempo libre, pero en la agencia, en la vida real, tendrás que currar codo con codo con aquellos con los que no irías ni a comprar el pan a la esquina de la calle en un ataque de hambre. Alégrate de que esos capullos con los que no quieres tener nada que ver sean tan buenos en su trabajo porque así podrás dar con la mejor idea que venderle al cliente y todos serán felices y comerán perdices (o tofu si son vegetarianos). Imagen cortesía de iStock
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