La escasez de productos y materia prima en diferentes áreas está obligando a los clientes a no publicitarse, no obstante, empresas como las de entretenimiento, telefonía o banca (en su mayoría pertenecientes al Estado completa o parcialmente), se reinventan en cada campaña tratando de palear la situación. El acoplamiento que vive el país suramericano a nivel económico debido a la crisis y el desabastecimiento en diferentes rubros, continúan achicando la actividad en la industria publicitaria en estos últimos años, haciéndose cada vez más notables los espacios en blanco en diarios, revistas, televisión , radio y cine. El meollo del asunto Cuando la competencia entre sectores se reduce drástica y vertiginosamente, la naturaleza de las compañías de promocionar sus marcas se ve opacada por la responsabilidad de producir y distribuir, pues cuando eso que conocemos como oferta y demanda se desestabiliza (debido a que la demanda supera con creces a la oferta), los productos y servicios de consumos masivos se ven duramente afectados, arrastrando consigo a la industria publicitaria. Aunado a ello, está el alza en la inflación, la devaluación de la moneda nacional y el síndrome del empleado multifuncional, (sólo pasa a ser trabajador fijo aquel que diseñe, se encargue de las estrategias de marketing, maneje twitter y haga café). Éste último caso representa el pan de cada día, pues contribuye en ello la conocida situación migratoria de profesionales que buscan estabilidad laboral en el exterior. El redescubrimiento El director de ética de la Federación Venezolana de Agencias Publicitarias (FEVAP), expuso que gran parte de las limitaciones que presentan los anunciantes son las restricciones, como por ejemplo, la que vive el sector farmacéutico o de alimentos, que debido a la escasez tanto de materia prima como de disponibilidad no necesita publicitarse. De esta manera, internet se tornó una herramienta indispensable para el ciudadano de a pie (como decimos en Venezuela), verificándose en 2014 cuando en Latinoamérica se registraron 286.362.654 consumidores de internet, Venezuela representó el 48% de ese consumo, (recordando que en 2013 ya era el quinto mercado de publicidad digital en este lado del mundo con Brasil a la cabeza y México de segundo). Pese a lo antes descrito, la televisión permanece como la opción más cómoda para invertir publicitariamente en el país (aunque continúe descendiendo debido a la falta de identificación de los televidentes con los canales de televisión nacional abierta), aun así, muchas compañías “tradicionales” están metidas de cabeza en iniciativas online para sus marcas. Se convencen gracias a que la segmentación de audiencias y la obtención de tráfico son más fáciles digitalmente, por lo que los Pop ups y el Homepage takeover son las piezas favorita de las marcas que se adentran en la aventura 2.0 en Venezuela. Lo que hay y lo que viene La expansión en el uso de las redes sociales en Latinoamérica llevó a las marcas a abrir fanpages en Facebook y cuentas en Twitter, Instagram, Pinterest y Linkedin, en Venezuela hasta hace algún tiempo (así como muchos otros países neonatos del SM), básicamente sólo se preocupaban por el número de seguidores y se mataban unos a otros en el proceso, basando sus analíticas en likes y no en el tráfico, desenfocándose así totalmente de sus marcas. La aberración de ver agencias publicando contenidos “motivacionales” trillados, cadenas de ropa publicando chismes y cuentas oficiales del Estado tuiteando opiniones sobre política están desapareciendo, ahora se orientan a la estrategia de sus sitios web de manera plena, aprendiendo que ese es su centro estratégico y no una plataforma donde cualquiera se muda o que puede caerse de la nada. De igual manera, se espera que la inversión en publicidad mejore, desde 2012 la inversión económica se mantiene pero por la problemática cambiaría la producción es menor. Asimismo el eje de las campañas publicitarias, que pasarán de satisfacer necesidades o crearlas para pensar y ser parte del estado de ánimo del actual consumidor venezolano. Imagen cortesía de iStock
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