Años atrás, me jactaba de ser de las pocas personas (y más siendo mujer) que seguían fervientemente la temporada de fútbol americano, semana tras semana, draft tras draft e incluso, tratando de conseguir enlaces clandestinos para ver varios de estos partidos en oficina Godínez y por medio de streaming. Sin embargo, últimamente he notado (con gusto) que la expansión del gusto y preferencia del público hacia este deporte se ha hecho cada vez más grande, alcanzando niveles inimaginables como lo fue el Super Bowl o el famoso medio tiempo de Katy Perry. La NFL cuenta ya con 95 años desde su creación, y al día de hoy, el simple nombre es una de las franquicias multimillonarias más famosas del mundo. No sólo el marketing se involucra en la liga, o en los consumibles que se encuentran circulando cada temporada, por ejemplo, de acuerdo a informes de Team Marketing Report, durante el 2014, los boletos más caros de la temporada fueron los de los New England Patriots con un costo aproximado de 122 dólares por detrás de San Francisco con un promedio de 117 dólares por boleto… eso multiplicado por la ocupación de locales y visitas. Luego viene la repartición de regalías de cada nombre de cada estadio de la liga, Gillette Stadium, AT&t Stadium, MetLife Stadium y más, generan millones de dólares por regalías al año, y sólo fue cuestión de inversión. Cada mención, cada tweet, cada promoción de líderes de opinión en la televisión de paga y abierta, genera ganancias para la NFL, y al ser un negocio redondo, se invierten en franquicias que generan aún más. En los videojuegos, Madden llega a su edición 16’ contando con varios especiales, cada jugador en portada y cada equipo y jugada registrada en el videojuego, generan miles de dólares para los equipos y sus jugadores. La NFL agarra cada vez más fuerza. En México, cadenas como Nutrisa y sus helados con cascos de americano, le han dado en el clavo a un mercado que parecía apagado, pero que sólo estaba escondido como yo, esperando a que salieran más productos, a que hubiera más jerseys y memorabilia, a que ya no existiera el streaming y que televisaran a nuestro equipo favorito en ESPN. Esta columna está llena de marcas, al igual que la NFL, el deporte que le lanza el pañuelo amarillo a deportes internacionales, sin nunca dejar de pasar las ganancias por detrás. La NFL es una industria cuyos ingresos superan incluso el PIB de varias naciones incluso de primer mundo. ¿Por qué? Porque la NFL hace algo que muchas de las otras ligas no hacen, preocuparse y ocuparse de reinvertir y con ello cumplir una misión específica: agregar valor para sus consumidores; y ese valor justifica los precios, no sólo de boletos para los estadios, sino de televisión de paga en todo el mundo e incluso de productos oficiales. A fin de cuentas, el precio sólo lo paga el consumidor cuando siente que recibe un valor igual o superior. Imagen cortesía de iStock
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