Ser líder es tener la capacidad de guiar a un grupo de personas que, de manera voluntaria, han depositado su confianza para ser dirigidos hacia un objetivo común. Esto implica poseer una gran inteligencia emocional para poder tomar decisiones de manera asertiva hasta en las situaciones más hostiles. Un líder efectivo busca potenciar las virtudes de su equipo y logra que los integrantes muestren su mejor faceta a nivel personal y profesional. Su actitud es sumamente positiva y propositiva; siempre está dispuesto a escuchar las opiniones de los demás. En mi experiencia he detectado al menos cuatro puntos vitales para ejercer un liderazgo de manera efectiva sin perder de vista los intereses del equipo. A continuación te los comparto: Comunicación asertiva El norteamericano Dwight Eisenhower decía que “El liderazgo es el arte de conseguir que una persona haga algo que quieres hacer porque quiere hacerlo” En este sentido, es imprescindible que exista una enorme eficacia al momento de transmitir una idea, pensamiento o convicción. Se deben conocer aquellos aspectos que motivan e incentivan al equipo, para de esta manera saber entregarles un mensaje claro y lleno de positivismo cuya credibilidad los incite a generar resultados eficientes. Generar mayor liderazgo ¿Quieres ser un follower toda la vida? Un verdadero líder entiende que es fundamental el hecho de no sólo generar más seguidores, sino también forjar nuevos líderes. Visualicemos a un gran líder como un bombillo radiante que ilumina todo a su paso, el cual se encuentra con otros bombillos fundidos y expectantes por su reluciente apariencia. Un líder tiene dos opciones. Primera: mantener a los bombillos tal y como están (perdidos, circunspectos y sin rumbo fijo) Segunda: brindarles de su energía para que se enciendan de manera vigorosa y vayan a iluminar el camino de otros. Lograr objetivos para beneficio común La importancia del liderazgo reside en la capacidad que se tiene para conducir a un equipo hacia la consecución de objetivos que beneficien a una colectividad. El líder siempre debe mantener una visión que represente un progreso hacia todos los elementos del equipo de trabajo, de tal manera que reafirmen su lealtad y optimismo para seguir prosperando de manera sinérgica. Gratitud El egocentrismo y la soberbia pueden ser los peores enemigos de un líder, ya que ambos defectos no dan lugar a la gratitud. Un buen líder debe entender que él no es superior a ningún integrante del equipo, simplemente realiza actividades distintas. Por lo tanto debe ser agradecido con el compromiso y el esfuerzo de sus colaboradores, así como también recompensarlos por los objetivos alcanzados en conjunto. “Los grandes líderes encuentran formas de conectarse con su gente y ayudarla a alcanzar todo su potencial”. – Steven J. Stowell Imagen cortesía de iStock
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