“Marketing”, quizá si pronunciamos esta palabra con amigos o personas que no se dedican a esto del marketing o el diseño, cuando la mencionamos con alguien curioso y con capacidad de asombro, quizá sólo en esos momentos ajenos del estrés laboral esta palabra cobre un significado no sólo diferente sino además especial en contrario de lo que produce cuando estamos en la oficina. Y es que, si nosotros al estudiar a nuestros clientes o a los clientes de nuestros clientes, entendemos que sus universos son tierras fértiles para cultivar experiencias y adquirir valor en sus realidades, lo mismo ocurre con nosotros, sólo que en un plano no tan no creativo ni mucho menos divertido. Ofertas, Rebajas, Descuentos, 2X1 o 2X 1 ½, son conceptos que ya no despiertan tanto el interés en el cliente y que en algunos casos ya no quiere escuchar, incluso logran demeritar el deseo de compra pues, estas palabras nos transportan al mundo de las ventas y sabemos bien que no es un mundo fácil. Creatividad, Ventas, Diseño, Branding, Briefing, son conceptos que algunas veces tampoco queremos escuchar y nos transportan hacia el mágico-encantador escenario de la oficina y a la solución de problemas. Y es que para nosotros también, estos son conceptos que están rodeados de muchas y variadas experiencias al igual que los clientes en el multiverso de las ventas, sólo que es muy probable que a nosotros nos afecte mucho más acabar con un buen diseño o estrategia que decidir a qué promoción obedecer. Lo grave es no darse cuenta de la presión a la que nos sometemos cuando vivimos con frecuencia la tarea de solucionar este tipo de problemas, pues la creatividad es un recurso que a pesar de ser “ilimitado” no puede exprimirse en altas dosis diariamente, y es entonces que necesitamos un estabilizador que varía infinitamente de creativo a creativo, sin duda los hobbies ayudarán bastante y la recreación será vital. Ahora bien, considerando lo anterior, ¿Puede la monotonía de estas realidades alejarnos de nuestros talentos? Sí, incluso puede resultar en una pérdida total de la vocación y también llevarnos de la mano hacia el deterioro de nuestras mejores habilidades como marketero o diseñador de lo que sea. Precediendo de varios de los conceptos que fundaron la mercadotecnia podemos descubrir bases muy humanas, como el proceso de la comunicación, el estudio de la conducta, la aplicación de varios campos de estudio a la resolución de problemas y encontrarlas en una combinación artística y expresiva, por ejemplo: “La mercadotecnia instruye en la emoción, no maquila consumidores…” Seguramente te has topado con alguien que se refiera despectivamente a la mercadotecnia, diciendo que desorientamos a las personas y que les enseñamos que comprar es ley de vida (Sobre todo si son cosas que no necesitamos), nos culpan del ritmo acelerado de consumo global y también nos ligan al sistema de esclavitud moderna, pero afortunadamente la realidad no se lleva muy bien con estas declaraciones. Como vimos en nuestras clases, el marketing es una herramienta, sin ninguna responsabilidad sobre nuestras intenciones, ¿Es una herramienta de manipulación? Sí, es una herramienta que manipula recursos y configura escenarios interactivos y dinámicos. Culpar a la marketing del consumismo, de embobecer a la humanidad, de establecer tendencias ridículamente superficiales, de desviar la atención de los verdaderos problemas de la sociedad, es tan válido como decir que la política es culpable de la corrupción, que la globalización esparce la pobreza por todo el mundo o incluso como culpar a un escalpelo de una mala cirugía. Los verdaderos responsables son quienes utilizan estas herramientas para sus intereses personales, quienes corrompen hasta a sus propios empleados intoxicando la filosofía de una marca con ideales egoístas y no buscan un bienestar para su audiencia, los empresarios que sobornan a políticos para que manipulen ciertas leyes y que les permiten evadir impuestos o reducir prestaciones laborales que protegen a los trabajadores. Cuando el interés por las ventas obra sobre la intención creativa del marketing se pierde un poco de su verdadera magia y ya no fluye en un sentido tan natural pues, en este campo nos enfocamos a la conducta del ser humano, individual y en masas, estudiamos los elementos con los que interactúan diariamente y fabricamos conceptos a raíz de sus experiencias, creamos una poderosa herramienta de comunicación que transmite mensajes muy complejos y a veces es tan efectiva que logramos introducirnos a sus vidas de una manera muy especial e invaluable. Es por ello que tenemos la responsabilidad moral de que los consumidores vayan evolucionando a la par del concepto de marca y su filosofía, de enseñarle a consumir de manera inteligente y de acercarle cada vez más atributos del mundo que les rodea. De la misma forma se han malinterpretado algunos principios y atributos de la mercadotecnia y pueden ser varios ya que la opinión personal es muy diversa. Ahora bien, si la lectura hasta el momento ha sido de agrado, te pido, lector, seas paciente pues hasta el siguiente viernes será publicada la otra mitad de este artículo debido a su extensión, mientras tanto dejo aquí las frases del artículo completo que serán títulos principales de los textos y así puedan ser objeto de la crítica: “La mercadotecnia instruye en la emoción, no maquila consumidores…” “Si la mercadotecnia no es ciencia, es porque no hay reglas…” “La mercadotecnia sólo busca un cambio de conducta…” AUTOR Daniel Damartelo Experiencia en ventas, coordinación y diseño de proyectos, redactor y corrector de estilo, enlace y medios, filósofo del marketing y la psicología, guitarrista pragmático y poeta escritor de vez en cuando. @MarketDoTecnia1 Imagen cortesía de iStock
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