La creatividad hoy se construye por medio de la interacción entre nuestras ideas y las de los demás. Como miembro de una gran red social, ¿de qué manera es posible lograr más ideas?, ¿cómo conseguir las mejores? Las ideas laten en todo proceso creativo, sin embargo, pocas gozan de su origen en un momento de inspiración. Acaso la idea se incube en un momento ajá, pero para que marche, debe curtirse. Como ocurre con un buen vino, a las ideas hay que dejarlas madurar. Necesitan ser trabajadas. En el libro «Atrapa el pez dorado», David Lynch, describe como es factible, casi ineludible, ir hacia las profundidades para «pescar» ideas valiosas y originales. «… En las profundidades, los peces son más poderosos y puros. Son enormes y abstractos. Y muy bellos. […] Hay peces para todo. Todo, cualquier cosa, surge del nivel más profundo.» dice el autor. Ve por tu equipo de pesca Todo pescador que se precie de tal sabe que uno de los secretos para no volver a su casa con las manos vacías es el tipo de cebo a utilizar. Si quieres pescar buenas ideas, ¿qué tipo de cebo usarías? ¿Cómo atraerías a las escurridizas ideas? Hola, provocación Ser creativo implica, en buena medida, ser diferente. Y ser diferente es una construcción a partir de aceptar desafíos y retar el statu quo, ¿pero cómo? Una de las tácticas para lograr tal premio es la provocación. Se trata de un estado distinto al habitual causado por accidente, azar o casualidad, que conlleva una alteración del sentido de algo, suscitando desconcierto y un sacudón de nuestras estructuras. La provocación es una técnica que se nutre del pensamiento lateral. Implica eliminar del pensamiento los patrones comúnmente establecidos que se utilizan para solucionar problemas. Edward de Bono popularizó la provocación usando la palabra «Po». Una vez pronunciada la declaración provocativa, el juicio de valor se suspende, el problema se deforma y la enunciación se utiliza para producir ideas desde nuevos puntos de vista. Las provocaciones constituyen puntos de partida originales para el pensamiento creativo. 4 claves para provocar ideas originales Exagerar: sí, exagera y mucho para captar ideas de manera diferente. Emocionar: incorpora al cerebro límbico en el proceso creativo. Colabora como disparador de emociones para que la provocación se haga efectiva. Preguntar: conversa con pares pero también no dejes de comentar tu problema con alguien completamente diferente. Es probable que su mirada te ayude a tomar distancia de tu postura. Asociar: incluye una palabra o concepto que no tenga nada que ver con tu problema. Puede sonar raro, pero continua. Los resultados llegarán a sorprenderte. Revolucionar: ¿qué sería necesario para revolucionar el concepto o problema que quieres resolver? La sencilla operación de incluir el término revolución provoca que nuestra mente se expanda mucho más de lo normal. Regresemos a la metáfora de Lynch. Cualquiera de nosotros está en condiciones de lanzar la caña de pescar y apresar ideas que bracean la superficie; ideas que bucean a mediana profundidad, o mejor, los preciados peces dorados que viven en el fondo. Para el grupo primero no hace falta gran esfuerzo. Recogeremos ideas que servirán como materia prima para nuevas ideas. Zambullendo la caña en un calado mediano la cosa se pone interesante. Allí, las ideas son más elaboradas que las anteriores. Finalmente, las ideas de la oscura profundidad son el premio mayor. Allí habitan las ideas-acción. Se mueven y te movilizan. Piden a gritos que hagas algo con ellas. Imagen cortesía de iStock
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