Este, este, este. Bueno, más que nada, básicamente les vengo a contar lo que vendrían siendo, básicamente y más que nada; las muletillas creativas. Whaaat? Sí, así es; triste, risible, frustrante y muchas veces una falsa salida que nos limita y mal acostumbra a ser creativos promedio. Las muletillas creativas son muy parecidas a las regulares, pero en nuestro medio tenerlas es un verdadero pecado. Al pensar en ideas, conceptos, visuales, cierres y todo lo que conlleva generar una idea/campaña, invariablemente terminábamos usando las muletillas una y otra y otra vez. Los típicos cierres o taglines: «como nunca lo habías…», «descubre el único», «déjate sorprender» o los artes de siempre; side by side, mano con producto en primer plano, limbo blanco y una larga lista que seguro ubicas perfecto. Para que dejes de desilusionarte con esa publicidad, recuerda estos sencillos puntos:
- Aliméntate de nuevas ideas. Existe algo más que Ads Of The World, créeme. La inspiración puede estar en la esquina, en un museo, un cuento o hasta la charla con tu madre. Sigue buscando.
- Lee más. Ésta es una básica, si no lees, lamentablemente no podrás generar muchas cosas nuevas. Sé lo difícil que es hacerte un tiempo, pero puedes hacerlo, al final es parte de tu trabajo, ¿no?
- Al caminar, salir, viajar, ir por un café o cualquier situación, debes aprender a “observar” (que no es lo mismo que ver), ve qué pasa a tu alrededor intenta imaginar todos los escenarios, escucha conversaciones y conviértelas en insights.
- Sé honesto contigo. Esta quizá es la más importante. Cuando estés haciendo creatividad para una campaña, tú mismo te darás cuenta que la idea, el copy o los artes ya se han visto, entonces, ¿para qué sigues? Detente ahí y dale la vuelta.
En publicidad, repetir algo es prácticamente un pecado y aún sabiendo que nos espera el infierno de la indiferencia y el nulo impacto, pecamos. Recuerda que en nuestro medio este error se incrementa e intensifica al exponerse masivamente, por eso hay que estar muy atentos porque al final, queriendo o no, todos caemos en ese maldito lugar. Imagen cortesía de iStock
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