Las nuevas tecnologías han favorecido de manera significativa los procesos de marketing, mejorando algunos de sus procesos, dichas herramientas aplicadas a la investigación potencian la práctica de manera efectiva, siendo en la mayoría de los casos como eje de estudio el cerebro humano, ya que es el órgano donde se genera el proceso de toma de decisiones. Sin embargo en algunos casos, las dificultades que se presentan están relacionadas con los datos que analiza la neurociencia y que pueden ser interpretados de forma parcial e inconclusa en función del marketing. Siendo la primera una gran disciplina que cada vez aporta más elementos a la sociedad desde los resultados de sus investigaciones, no solo para la medicina sino para diferentes ramas del comportamiento humano. El neuromarketing, asociación entre la neurociencia y el marketing, es un concepto que se debe estudiar con detalle, es fácil no percatarse de la gran complejidad que aguarda ésta disciplina, por lo que no debe ser interpretada de manera apresurada como fórmula mágica para resolver problemas de investigación y mercadotecnia solo empleando unos cuantos recursos asociados a la tecnología y al presupuesto. Algunas de las afirmaciones que se hacen desde el marketing, la neurociencia las ha cuestionado por la falta de fundamentación, es claro que los hallazgos que presentan estas nuevas disciplinas son muy valiosos para la implementación de planes estratégicos, sin embargo no todo lo que se plantea desde la mercadotecnia se puede tomar tan a la ligera. La falta de muestras de control, representatividad o rigurosidad investigativa pueden limitar los resultados de los estudios, que a veces son presentados como soluciones precisas que resuelven todos los retos asociados al comportamiento del consumidor. A la ciencia le ha tomado bastantes años generar resultados contundentes frente al comportamiento del cerebro, su compleja química cerebral, las dinámicas sinápticas y otros aspectos relacionados con el mismo, no se puede pretender que todo lo relacionado con el cerebro se resuma al desarrollo de una resonancia magnética funcional o un electro encefalograma. El mapeo del cerebro y su utilización con fines mercadológicos son ejercicios que demandan no solamente experiencia y responsabilidad sino una posición ética frente a los individuos que se pueden ver afectados con las decisiones que se toman al analizar los resultados de dichos estudios. Actualmente se siguen utilizando metodologías tradicionales para reconocer la conducta de los consumidores, ya sea por presupuestos o desconocimiento de las nuevas, sin embargo la práctica e implementación de la neurociencia en función del marketing promete en un futuro y de la mano de la tecnología reducir la brecha de incertidumbre y error a la hora de tomar decisiones y persuadir a los consumidores. Es posible que estemos cerca de encontrar el botón de compra de los consumidores en su cerebro. Imagen cortesía de iStock
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