Al momento de elaborar un plan de marketing el pricing siempre sale a relucir como uno de los elementos más importantes. La estrategia de precios es el componente mercadológico indispensable para que una organización capture valor y sea rentable al momento de generar ingresos. El precio lo podemos definir como el método o estrategia por medio del cual se determinará la cantidad que una empresa va a recibir por sus productos y/o servicios; tomando en cuenta los diversos factores internos y externos de la misma. En palabras de Philip Kotler y Gary Armstrong “el precio es la cantidad de dinero que se cobra por un producto o servicio. En términos más amplios, el precio es la suma de los valores que los consumidores dan a cambio de los beneficios de tener o usar el producto o servicio» Dicho lo anterior, resulta imprescindible ser cuidadoso y estratégico a la hora de fijar un precio, ya que este crea una percepción en el consumidor y, en algunos casos, puede ser determinante en la decisión de compra. ¿Ni muy barato ni muy caro? Esto depende de muchos factores. El pricing lo podemos aplicar en función de la demanda, el poder adquisitivo del target, la situación económica del mercado, los costos fijos y variables de una empresa, los avances tecnológicos del producto, la calidad, en base a la competencia, entre otros aspectos. A continuación te comparto algunas estrategias que puedes adoptar y adecuar a tu producto o servicio:
- Precio muy bajo
El precio será el más bajo para que el producto pueda sobrevivir en el mercado. Esta estrategia se utiliza en casos muy severos, especialmente cuando el producto se encuentra en la etapa de declive.
- Precio bajo
Se encuentra por debajo del promedio para penetrar fácilmente en el mercado. Además se utiliza cuando lanzamos un nuevo producto o servicio en una categoría muy saturada.
- Precio promedio del mercado (PPM)
Se encuentra exactamente en el promedio tomando en cuenta el precio de los productos de la competencia que son dirigidos al mismo segmento de mercado. Este método nos indica la cantidad de dinero que el consumidor está dispuesto a pagar normalmente por dicho producto.
- Precio alto
Este será superior al promedio y se aplica cuando existen pocos competidores en el mercado y el producto o servicio es innovador (en concepto, tecnología, usabilidad, conveniencia, etc.).
- Precio muy alto
Es cuando un producto posee características únicas, avances tecnológicos patentados, un diseño excepcional, o un valor agregado mayúsculo que haga que la propuesta de valor sea inigualable.
- Precio impar
El precio impar utiliza una técnica psicológica para lograr que el consumidor perciba el precio como si fuera más accesible de lo que realmente es. Es un precio sin redondear ($99.99) lo cual hace que el cliente lo asocie a un precio menor.
- Precio esperado
Es uno de los más importantes hoy en día. Se define a través de lo que el consumidor espera pagar por un producto o servicio, es decir, debe contar con una buena relación entre costo-beneficio. Una estrategia de precios también puede implementarse en función del área geográfica donde se distribuya el producto. Por ejemplo:
- Precio punto base
Este precio varía de acuerdo con la distancia de la planta de producción (a mayor distancia, mayor precio). Puede aplicarse cuando la misma empresa que produce es quien distribuye.
- Precio uniforme
Se establecen políticas de precios, es decir, el precio del producto no varía en los distintos puntos de venta. Esta estrategia la utilizan mayormente las empresas nacionales que comercializan y distribuyen sus productos en múltiples puntos de venta del país.
- Precio internacional
Por convenios y aranceles se establece un precio para cada país donde se venderá el producto. Imagen cortesía de iStock
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