Los pensamientos más nutritivos llegarán a nosotros cuando nuestra mente se encuentre en estado alfa. Mejores ideas arribarán cuando estemos fuera de foco, desconcentrados o incluso en un estado semiconsciente. Son famosas las anécdotas referidas al valor de las siestas en mentes creativas como Thomas Alva Edison y Salvador Dalí. Hoy es sabido que el sueño es esencial para el desarrollo de la creatividad. Sumidos en estado alfa es que engendramos e inferimos ideas frescas y nuevas. Más aun si llegamos a esto luego de un período de pensamiento obsesivo. Posteriormente a un período de reflexión intensa sobre un tema o asunto, podemos llegar a experimentar un momento ¡ajá! o ¡Eureka!… Ok, aquí me detengo para avisar lo siguiente. Estimado lector: que a cada uno de nosotros se le presente un ensoñador momento Eureka, no significa absolutamente nada si no hacemos algo al respecto con esa iluminación. Como bien lo elucida Facundo Manes –neurólogo y neurocientífico argentino–: «… tenemos que volver a estar aburridos. En esos momentos, el cerebro procesa información. Tal aburrimiento, ese “reposo” del cerebro es una de las tres condiciones para el pensamiento creativo. El primer paso es cierto período de incubación de la idea, pero la inspiración es para amateurs. Después hay que obsesionarse, trabajar mucho. Y después, finalmente, hay que relajarse, descansar, y que el cerebro procese la información.» Arquímedes descubrió el desplazamiento del volumen durante el baño. Einstein pensó en la teoría de la relatividad luego de una siesta. La idea de proyectar imágenes en movimiento, línea por línea, llegó a Philo Farnsworth cuando estaba arando un campo y mirando por sobre las hileras de maíz; ulteriormente, inventó la primera televisión. Existe un pattern en estos arquetipos. En primer lugar, los insights ocurrieron cuando los creadores estaban haciendo algo más que pensar -presumiblemente algo que los relajara-. No conquistaremos la relajación sin un esfuerzo previo. Cuando el hombre se relaja –nos relajamos– una parte de su (tu) cerebro sigue trabajando en el problema y se proyecta sobre todo lo que se está viviendo. En sus cuadernos, Leonardo da Vinci escribió: «yo no puedo dejar de mencionar entre estos preceptos un nuevo dispositivo para el estudio que, a pesar de que puede parecer trivial, pero y casi ridículo, es sin embargo muy útil para despertar la mente a varias invenciones. Y esto es, cuando se mira a una pared con manchas, o con una mezcla de piedras, si tiene que idear alguna escena, es posible descubrir una semejanza con diversos paisajes, embellecido con montañas, ríos, rocas, árboles, llanuras, amplios valles y colinas en variada disposición; o también es posible que vea batallas y figuras de acción; o caras extrañas, trajes y un sinfín de objetos que se podía reducir a completar formas bien dibujado. Y estos aparecen en esas paredes confusamente, como el sonido de las campanas en cuyo tintineo usted puede encontrar cualquier nombre o palabra que usted elija de imaginar.» Crear es imaginar escenarios Para el inventor, el mundo es una pared manchada sobre el que proyecta su avance. Sea que prefieras las siestas o contemplar una pared manchada, la simbiosis para lucubrar una o varias ideas requiere de dos ingredientes importantes: la nueva combinación de elementos y el talento para encontrar relaciones entre estos. Sabemos que conectar universos a priori desconocidos no es tarea sencilla, aunque tampoco es imposible. Este hábito de buscar conexiones llega a ser primordial en la producción de ideas. Llegados a este punto, es posible ejecutar diversos métodos para la producción de ideas. Uno de ellos se desenvuelve a través de cinco etapas.
- Recolección de la materia prima.
- Manipulación y elaboración de los materiales: mastica tu investigación y relevamiento. Rumia. Aborda cada elemento con una mirada 360. Proponte encontrar otros usos, significados y sentidos.
- Incubación: olvídate del tema. Abandónalo. Como lo mencioné al inicio de este artículo, los pensamientos más nutritivos llegarán a nosotros cuando nuestra mente se encuentre en estado alfa. Mejores ideas arribarán cuando estemos fuera de foco, desconcentrados o incluso en un estado semiconsciente.
- Ideación
- Desarrollo de la idea. La hora de la verdad. El momento del proceso en que trasladamos a la idea al mundo real. Bienvenidos.
¿Tienes una idea? ¿La curiosidad y la inquietud se apoderaron de tu voluntad? Tranquilo, es un buen indicio. Sigue esta receta; con seguridad te ayudará. Pon tu pensamiento en palabras, documéntalo por escrito y sácalo del cerebro. Visualiza la idea. Prepárate para el cambio. Gasta energía y vence al cerebro en la conservación del combustible. Recuerda que las herramientas de cambio no son mágicas porque el principal obstaculizador del cambio es nuestro propio cerebro, un órgano que busca constancia, que prefiere quedarse en la zona de confort para no correr riesgos. Adelante, es posible. «Solo triunfa en el mundo quien se levanta y busca las circunstancias y las crea si no las encuentra.» George Bernard Shaw Imagen cortesía de iStock
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