Creo que hay muchas habilidades y talentos que son valiosos en el área de mercadotecnia. La última tendencia es hablar en términos de «competencias» que son los conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes que se necesitan para realizar una actividad. En cada empresa, el departamento de mercadotecnia, o la actividad como tal, es diferente y tienen distintos enfoques dependiendo la industria en que se mueven, el tamaño de la empresa, su modelo de negocio y su nivel de liderazgo en el mercado. Pero creo que cualquier mercadólogo que quiera desempeñarse mejor cada vez, puede encontrar una buena guía en estas 4 competencias o habilidades, que también pueden servir a otros profesionales. Autoconfianza. El mercadólogo tarde o temprano tendrá que tomar decisiones. Conforme más alto es el cargo, se esperará que tome decisiones más importantes. Lo ideal para tomar adecuadamente es tener los antecedentes y la información para sustentar una elección dentro de un conjunto de alternativas, y para eso tenemos la investigación de mercados, el benchmarking y otras herramientas. La cuestión es que no siempre se cuenta con la información suficiente y en mercadotecnia a veces tenemos que aprender a confiar en nuestra intuición. Los análisis son muy útiles pero a veces con los llamados «bomberazos» y múltiples cambios que se pueden dar en la industria, no hay tiempo que perder y se tiene que actuar. En esos momentos lo único con lo que contamos es con nuestra experiencia, seguridad, criterio, tenacidad y capacidad de tomar decisiones; elementos que conforman y desarrollan esta habilidad. Automotivación. El medio de la mercadotecnia es cambiante y desafiante. Siempre habrá tiempos mejores y tiempos no tan buenos. Obviamente cuando todo va bien, es fácil estar motivado. El reto es mantenerse entusiasta cuando las cosas no van tan bien, y más aún cuando las cosas se ponen difíciles gracias a la toma de decisiones no adecuadas. A veces en un proyecto hay aspectos que no consideramos a tiempo, factores externos que no esperábamos y/o la ejecución no se lleva al cien por ciento como lo teníamos en el plan. Cuando esta situación afecta los resultados del proyecto es natural desanimarnos, pero la actitud más valiosa es hacernos responsables de nuestros actos y omisiones y seguir adelante, dar todo nuestro esfuerzo para sacar el proyecto de la manera más rescatable, pero sobretodo aprender de la experiencia. Los errores son los que nos forman y los que nos dan las lecciones más importantes de nuestra vida personal y profesional. Hagamos todo lo posible por aprender la lección y no repetir los mismos errores; éste es el camino de la mejora continua. Autodesarrollo. La mediocridad y el conformismo no es parte de nuestra naturaleza. A los mercadólogos nos gustan los retos y debemos demostrarlo. Valoramos el esfuerzo, aprendemos de nuestros errores. Sabemos que nuestra carrera es de autoformación y es que no hay de otra. En mercadotecnia más que en muchos otros rubros, los libros son solo teoría. Aquí las fórmulas no aplican, las leyes cambian, las reglas se rompen, el futuro nos pisa los talones. Es nuestro deber estar a la vanguardia para no quedar fuera del juego y eso no nos permite tomar respiros ni descansos. Hay que estudiar, capacitarnos, experimentar, pedir más responsabilidades, asumir riesgos, innovar, vender nuestras ideas, vivir el mercado, convivir con nuestros clientes, aprender a trabajar en equipo y darle la vuelta a la competencia. Hay que crecer continuamente, porque como nuestros productos y marcas, también nosotros tenemos un ciclo de vida y hay que hacerlo lo más rentable posible. Autoliderazgo. No es que podamos ser todos jefes pero tampoco necesitamos tener gente a nuestro cargo para ser líderes. Autoliderazgo es autonomía, proactividad y visión. Tomar la iniciativa demuestra nuestro liderazgo y es muy valorado en el medio. Nuestro entusiasmo motiva a otros. También debemos tener la visión para definir hacia donde queremos crecer, con base en nuestros propios talentos y fortalezas, en qué podemos ser expertos y dónde está nuestra contribución única (elemento diferenciador) que nos llevará a donde queremos estar. Los mercadólogos manejamos equipos de trabajo, proveedores, recursos, presupuestos, marcas y estrategias. Tenemos muchas oportunidades y escenarios para lucirnos y hay que aprovecharlos. El secreto del autoliderazgo es ponernos metas cada vez más ambiciosas e irlas logrando. El hábito de escribir nuestras metas de una forma clara, medible, con plazo definido y alcanzarlas, nos lleva al éxito. Cierro con una frase célebre del soñador Walt Disney que creo resume muy bien estas 4 actitudes «Piensa, cree, sueña, pero sobretodo, atrévete» Imagen cortesía de iStock
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