No entiendo a la gente que dice que a los pueblos se les “distrae” con fútbol. La diversión es parte de la vida misma, tan así, que se da en todos los países del mundo, de todas las clases sociales y no sólo en la castigada y saqueada Latinoamérica. Allí están Alemania, Japón, Holanda, Suecia y Dinamarca con leales aficiones a sus equipos. A mí me parece que el que quiere, puede, independientemente si está rodeado de fútbol, novelas o programas de tv basura. La cultura, los libros y la información están al alcance de casi todos en nuestro país. Yo, en lo personal, conozco chavos autodidactas que son extraordinarios diseñadores, ilustradores, animadores 3D, o post-productores. Lo que pasa es que queremos que todo se le dé a la gente partidito y en la boquita. Pero otro día hablaremos de eso. Hoy, estamos instalados en el ambiente deportivo porque nuestra amado Marketing es el eje rector de toda una industria que mueve pasiones y emociona alrededor del mundo. Cada vez es más común que se involucren las marcas en toda la logística de los eventos deportivos. Desde las conferencias de prensa, los parches en las prostituidas playeras de equipos sagrados, los nombres de los estadios, y ahora, hasta en los nombres de los torneos. Y no es para espantarnos, esto es un negocio, y es normal. Sin embargo, algunas marcas van más allá, y se arriesgan al “seleccionar” a un portavoz para que sea su emblemática imagen. De entrada suena tentador contar con el personaje del momento como ícono. Sin embargo, hay muchos factores que pueden alterar los pronósticos: una grave lesión, una baja de juego, o bien, incidentes extra cancha. A través de muchos años, una marca va construyendo su posicionamiento a través de campañas, de estudios, de inversión, de pauta. Y de repente, un deportista/entrenador/cronista es su portavoz. Hoy, el tema candente es el Piojo Herrera, que estuvo de moda durante el Mundial y su imagen nos saturó en todos los medios. Está sobre expuesto, la popularidad lo rebasó. Al final del día tenemos a un tipo sin clase, sin educación, que resuelve todo a mentadas de madre representando a marcas como Movistar, Adidas, Ciel (por mencionar a algunas) ¿esa es la imagen que quieren proyectar? Será muy interesante ver qué medidas toman estas importantes empresas. Ojo, que tampoco es que sea una mala decisión tener a un portavoz deportivo. Hemos visto casos exitosos y ejemplares: Michael Jordan, Pelé, Payton Manning, Joe Montana, entre otros. En fin, cuando seleccionamos a nuestro “jugador”, puede que enceste la canasta de la victoria con el reloj expirando, o puede que se agarre a golpes con cualquiera ante la menor provocación, dejando en desventaja a nuestro equipo. Así es el deporte: a veces se gana, a veces se pierde.
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