El arte de hablar en público es un don que pocos tienen y muchos desean. Ya sea por el nerviosismo que dicha práctica implica o por el desconocimiento del tema a impartir, siempre surgen factores que pueden disminuir el desempeño de un expositor. La retórica y la elocuencia son habilidades fundamentales para dar a conocer tus ideas y conocimientos respecto a un tema en concreto. La buena noticia es que dichas aptitudes pueden ser aprendidas, principalmente para deleitar y persuadir a las personas con el fin de transmitir un mensaje mediante el uso efectivo de la palabra. El día de ayer me encontraba impartiendo una conferencia sobre marketing y me percaté de lo siguiente: jamás había hecho una guía que me indicara los pasos a seguir para generar mayor engagement y mejorar la comunicación con mi público. ¿Aún te pones nervioso al hablar frente a las personas? No te preocupes, es normal. Todo es cuestión de práctica y un poco de experiencia. A continuación te comparto tres puntos que podrás implementar para “tomar las riendas” del escenario y comunicarte de manera efectiva con tu audiencia:
- Emoción
Un buen discurso debe transmitir sentimientos y emociones, ya que estos generalmente los asociamos con aspectos positivos que pueden ser recordados con facilidad. Además, esto nos permite influir e impactar de manera positiva a la audiencia. Una vez escuché a un gran expositor decir: “Las personas no van a recordar tus palabras, sino cómo los hiciste sentir”. De tal manera nos aseguramos de otorgar a la audiencia un mensaje con mayor claridad y una experiencia única que, en la mayoría de los casos, culmina con grandes aplausos y ovaciones.
- Interacción
La empatía y nivel de satisfacción que conciba tu audiencia será proporcional a la medida en que fomentes y establezcas interacción con ellos. Es poco atractivo estar escuchando a un expositor que lo único que hace es hablar como merolico sin tomar en cuenta la opinión de aquellos que lo escuchan. En este punto puedes realizar preguntas sencillas o pequeños comentarios que tengan la capacidad de interactuar con los oyentes y generar feedback. Además, si estás apoyando tu discurso con alguna herramienta de software como Power Point, Prezi o Emaze, puedes agregar al final de las diapositivas tu información de contacto y redes sociales para que posteriormente se comuniquen contigo. .
- Información
Es obvio que el contenido que vas a proporcionar y la información que transmitirás deben ser de calidad. Por ende, antes de iniciar tu plática pregúntate lo siguiente: ¿Realmente el contenido es atractivo, relevante y valioso para mi público? Si la respuesta es negativa, sin duda deberás realizar las modificaciones pertinentes para que la información vaya acorde a las exigencias de tu interlocutor. Cabe señalar que existen audiencias muy generosas (que aplauden e interactúan de manera respetuosa), pero también otras que pueden llegar a ser un tanto inflexibles. En este sentido, te sugiero que, en la medida de lo posible, conozcas previamente al público que afrontarás para poder tomar decisiones más acertadas en cuanto a la información que vas a exponer. Imagen cortesía de iStock
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