“Enfóquense en el film, no estamos juzgando casos”. Tor Myhren. Presidente del Jurado de Film Cannes 2015 De este Cannes Lions que acaba de terminar, después de haber consumido cientos de horas de material audiovisual y después de siete días de estar metido en una sala de jurados viendo Film, me reencontré con el poder de la buena película. El film sigue siendo el film. Quiero decir que es difícil competir con el grado de entretenimiento que se genera cuando consumimos el video de una buena historia, más allá de la pantalla. Lo mismo puede ser una tablet, un smartphone o una tele, esa historia que nos inspira, nos hace reír o llorar en un tiempo determinado se queda en nuestra cabeza o aún mejor, en nuestro corazón. Ficción, Documental da igual. Con participación de la gente, como parte de una historia más grande que vive en otros medios, con el apoyo de la tecnología que hace la experiencia aún más interesante, con los seconds screens… El film sigue siendo el film. La magia o la falta de magia del ahora ya muy desgastado “storytelling” puede hacer que disfrutemos o lo odiemos. Y peor que odiar, puede ser que la historia sencillamente sea totalmente irrelevante y sintamos que desperdiciamos unos minutos de nuestra vida, y eso es lo peor que le puede pasar a una marca, porque hoy en día el contenido es más desechable que nunca, basta con darle pausa para que en un estemos con el nuevo contenido que está al alcance la mano. Ya no somos rehenes de los 20 segundos que nos imponían las grandes cadenas de televisión para conectar las marcas con nuestros consumidores. Porque la libertad del internet permite relajar y dejar que sea el consumidor quien decida. Incluso vemos como las mismas cadenas comienzan a replantearse cómo darle cabida a los nuevos formatos, a las ideas líquidas, a los contenidos generados por las marcas que no son un típico comercial de TV.
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