La mejor forma de ver cómo pasa el tiempo y medir la evolución del ser humano es mediante la tecnología. Hace apenas unos cinco años atrás decíamos en la universidad que la tecnología avanza de manera sorprendente (basta con saber que egresé en el 2005) y hoy ya es de viejo decir eso. La tecnología ha alcanzado cimas inimaginables y me atrevo a decirlo pues vengo de la generación que descubrió su primer grupo de rock en una cinta magnética que tocaba diez o doce rolas de cada lado y que tuvo que emigrar a llevar más de diez mil canciones en un aparato 64 GB. La realidad es que aunque pase el tiempo, sigo sorprendiéndome de la magia tecnológica y aunque no siempre se emplea para beneficio de la naturaleza, debo confesarme fan de cómo el ser humano ha encontrado funcionabilidad en la más microscópica materia.Leer más… Así que mantenerte en el tren de esta evolución es de vida o muerte, porque no para y aunque nos quedemos dos segundos tratando de entenderla, ya nos habríamos perdido la mitad. Las nuevas generaciones son expertos en recordárnoslo: “Si no te conectas, estás fuera”. La edad promedio en México hasta el 2014 es de 26 años, así que personitas entre 15 y 34 años representan el 34% de nuestra población, de los cuales el 81% está en redes sociales a full time (Datos eMarketer 2014). La inmediatez del smartphone ha logrado que la barrera entre la tecnología y el ser humano se quede solo detrás de un escritorio, ahora como amigo fiel va contigo siempre. Y bueno, las redes sociales no solo impactan a millennials; gran parte de las “viejas” generaciones también le están entrando, y aunque pueda parecer complicado o complejo, basta con solo tener la actitud y ganas de aprender a usarlas. Me acordé de una campaña linda de Telcel que lo demuestra: https://www.youtube.com/watch?v=3tHoKsY3uVI Esta nueva forma de comunicación (ya ni tan nueva) ha abierto una ventana gigante a lugares nunca antes vistos y logra en la mayoría de las ocasiones, la cercanía a los rincones más escondidos de nuestro planeta. Rompe barreras entre seres humanos y bueno… la tendencia es que ahora por lo efectivo de esta función, ya las está bloqueando al mismo tiempo. La paradoja está entre qué tanto el extremo uso de las redes sociales puede enajenar al ser humano, qué tanto puede alejarnos de la realidad y qué tanto nos puede aislar de la vida en vivo y a todo color. En mi humilde opinión y pensando como estratega en medios de comunicación, considero que es tan malvado o bueno como tú quieras que funcione en tu vida. Es como el vaso medio lleno y medio vacío o de la gama infinita de colores entre el blanco y el negro jaja. La verdad es que no encuentro nada malo en ello, la diferencia radica en qué tanto documentas para tu beneficio en ellas. La realidad es esto: digitalizamos ideas y las podemos llevar en tiempo real hasta el otro lado del planeta. Podemos encontrarnos con gente que creímos haber perdido en la vida, ha logrado que una empresa de servicios tiemble por la presión que ejerce el descontento de sus clientes con un simple mensaje en Twitter y hasta permitir conocer mucho más a fondo las tendencias de consumo. Y confieso, asusta, aún asusta hasta dónde puede llegar, pero es justo por esta razón que hay que aprender más sobre redes sociales. Imagen cortesía de iStock
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