Una de las tantas cosas que tiene implícita la publicidad es la competencia (o bueno, esa es mi opinión) A mí me parece fabuloso, porque competir es una de las sensaciones más lindas con las que te podrás topar haciendo publicidad. La competencia es buena por cualquier lugar de donde la mires. Cuando uno ya tiene algo de experiencia, de pronto empiezas a observar qué hacen los otros equipos. Típico que en estas situaciones llega un poco de crítica y aplicas la de: mmm nosotros lo hubiéramos hecho mucho mejor y justo por eso necesitamos competir. La competencia te hará esforzarte por sacar mejores piezas, por querer ser mejor día a día para que volteen a ver tu trabajo y para ponerte en la mira de los directores de nuevos negocios. La competencia debe de fomentarse dentro de los equipos. Hay gente que el simple hecho de competir le viene mejor para sus ideas. ¿Por qué el pitch nos gusta a la mayoría? Simple: porque competimos y esa sensación de ganar, de ser mejor que los demás, es increíblemente chingona. Sí, es verdad que en algunas ocasiones no sepas realmente de los demás participantes, pero lo que es un hecho es que competirás. Y competir y ganar, te mantiene emocionado, te puede alegrar mucho y motivar para futuros trabajos. También frustra y desmotiva, pero vendrán más; siempre hay revancha. Si no es en uno, será en el otro. Por ahí existirá quien esté de acuerdo conmigo, y otros que no, que seguirán diciendo que no todo es ganar, que no hay que demostrarle nada a nadie y que simplemente hay que hacer la chamba de la mejor manera. Las dos posturas son válidas. Sinceramente creo que competir siempre te hará bien, te hará mejor, te formará. En serio, yo no conozco a alguien que no quiera ganar en lo que hace. No creo que haya un publicista sin hambre de ganar. Imagen cortesía de iStock
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