Hace poco más de un mes, se filtraron en internet cuatro capítulos de la quinta temporada de Game Of Thrones horas antes del estreno mundial de la temporada en HBO. En su momento, se dijo que la filtración había sido obra de una de las personas o críticos a los que se envió el anticipo de la serie. Sin embargo, es curioso que después de un mes no haya sucedido más en esta historia, conociendo lo afecto de los norteamericanos a las demandas. La semana pasada, otra filtración de una serie de televisión sucedió en Internet, pero esta vez nada está claro, o mejor dicho, tal vez está más claro que los ejecutivos y estrategas de CBS y Warner así lo querían. A seis meses de estrenarse, se filtró el primer capítulo de la anunciada serie Supergirl, producida por Warner Brothers para la televisora CBS. Hay cosas que no quedan claras en esta supuesta filtración: la primera, es que el material está en calidad HD y la segunda, que a diferencia de lo sucedido con Game of Thrones, el material de la nueva serie no tiene marcas que hayan sido borradas, lo cual suspicazmente puede sugerir que este capítulo inicial se filtró como parte de un screening global para anticipar las reacciones de las audiencias y hacer correcciones en la trama de la serie, de ser necesario. De acuerdo con la revista Forbes, no está claro quién filtró el video y ni Warner Brothers que produjo la serie, ni CBS quien lo distribuirá, aceptarán en un futuro cercano el haberlo hecho. A pesar de eso, Warner ya lo ha hecho en el pasado, ya que en 2008 filtró el primer episodio de Fringe, la serie de ciencia ficción producida por J.J. Abrams. El mes pasado, CBS subió con gran éxito a internet el tráiler de la serie con duración de seis minutos y medio. Desgraciadamente, el capítulo inicial de la serie no agrega nada más sobre la trama (lo cual es una decepción).Tal vez esto haya sido el motor para que los productores o la cadena de televisión hayan decido filtrar el capítulo. Por parte de los creadores de la serie, parecen existir muchas dudas sobre el éxito que puede llegar a tener la serie y qué tanto se puede enmendar. Si se juzga la serie desde el capítulo filtrado y con el que da inicio, podemos decir que no tiene nada del otro mundo; una trama demasiado sencilla y personajes poco interesantes que se puede adivinar su desarrollo a lo largo de la serie. La misma historia llena de clichés viejos y nuevos difícilmente cumple con el cometido de parecer interesante y en cuanto a efectos y narrativa, ésta se queda muy corta en contra de lo que está dictando la moda de los superhéroes en las pantallas cinematográficas o las complejidades, oscuridad y fuerza de las de otras series basadas en cómics, como Gotham o Arrow. Supergirl sin modificaciones tal vez sobreviva a la kriptonita en la primera temporada, pero difícilmente lo hará a las audiencias en busca de superhéroes emocionantes. Difícilmente se convertirá en una serie de referencia como lo es ya Gotham. Incluso, carece del atractivo de una serie en teoría cercana a un chick flick pero que ha tenido interesantes vueltas de tuerca y un dejo de humor negro, como sucede con iZombie, también producida por Warner Brothers y distribuida por la cadena que en conjunto tiene Warner con la misma CBS, llamada CW, la cual tiene el éxito de Los 100 (basada también en un cómic de DC). Lo que también hace dudar una vez más de que se trate de una filtración, es el hecho de que están anunciados screenings de Supergirl con este capítulo en los Comic-Con de Los Ángeles y Nueva York durante este verano. Lo interesante desde el punto de vista mercadológico, es la respuesta que se puede obtener de fans alrededor del mundo sobre la serie, y es que si las empresas productoras de contenidos quieren estar dentro del mercado en los próximos años, deben olvidarse de los mercados regionales y abrirse a la demanda mundial que genera internet. Tal vez estamos frente a una nueva tendencia de las marcas que buscan asegurar los mercados antes de emprender la inversión en contenidos. Los fracasos de un gran número de series que se cancelan al año por falta de ratings, compromete los recursos de las televisoras y nos deja ver la ignorancia de aquellos encargados de tomar las decisiones de los verdaderos gustos de una audiencia que hoy ha dejado de comportarse de una manera predecible y conservadora. Lo que funciona en el cine, no necesariamente tiene que funcionar en la televisión y Constantine es el más claro ejemplo.
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