Pareciera que a la FIFA le llueve sobre mojado, pues tras la fuerte polémica que paralizó a la Federación Mundial, el pasado 27 de Mayo, con la detención de varios de sus dirigentes, por presuntos delitos de corrupción y, posteriormente con la renuncia de su Presidente Joseph Blatter, ahora las grandes marcas también consideran seriamente, la posibilidad de tirar la toalla. La imagen imponente que ha construido esta Organización, a lo largo de los años, se ha visto manchada con los recientes actos ilícitos que han salido a la luz. En la parte mercadológica, es importante recalcar cómo un escándalo puede afectar al posicionamiento e integridad de una marca líder que parecía intocable. Nadie, anteriormente, se atrevía a meterse con la FIFA, hasta hace pocos días, que los gringos se armaron de valor y enfrentaron directamente a la organización, destapando sin piedad toda clase conflictos que, al parecer eran secretos a voces: conspiración, fraudes, lavado de dinero, los sobornos a los que se han prestado personajes como Chuck Blazer en el mundial de Sudáfrica 2010, quien además, lo acepto públicamente, declarándose culpable ante un Juez Federal de los Estados Unidos y colaboró con la detención de 9 de los 14 ejecutivos (dos de ellos vicepresidentes). Rumores fuertes circulaban desde años, hasta que por fin estalló la bomba, a lo que, preocupados por las repercusiones que puede traer la polémica situación, grandes marcas como Adidas, Coca-cola, Hyundai, Mc Donald’s, Nike y Visa (algunos de los principales patrocinadores de la FIFA), han pensado no renovar sus contratos, retirando su publicidad de los eventos de la Institución pues consideran que, no pueden mantener una relación con una empresa que pone en duda sus valores y carece de “una cultura con sólidas prácticas éticas”. La aerolínea Emirates no pudo más y el pasado 3 de Junio, decidió no renovar su contrato con la organización para así culminar sus relaciones el 31 de diciembre. Debido a determinadas cláusulas que impiden revocar sus contratos, pues esto implicaría una pérdida de millones de dólares, todas las marcas se encuentran en “stand by” siguiendo la investigación, pues, a pesar de que algunos contratos cuentan con cláusulas de “emergencia” para este tipo de conflictos, los actos delictivos fueron cometidos por personas y no directamente por la FIFA (o al menos no comprobable aún) por lo que no aplica la cancelación inmediata. Hay que reconocer que, si bien, la imagen y el trabajo de construcción de marca de tantos años se ha visto afectado, no es motivo suficiente que pueda tirar el gran imperio que la FIFA ha sabido construir estratégicamente; el fútbol mueve al mundo y con el tiempo, la solución estará en el balón. Grandes cambios vendrán para la FIFA después de esta fuerte sacudida, por lo que su estrategia creativa y de marketing tendrán que ser de alto impacto para ayudar un poco a su lenta recuperación.
Discussion about this post