¿Todos podemos hacer publicidad? En teoría sí podemos; todos los seres humanos tenemos la capacidad de ejercer la profesión publicitaria. Así como cualquier otra carrera profesional, requerimos de un proceso de estudio en el cual adquirimos conocimientos a través de diferentes metodologías. Al igual que la medicina (y debo confesarles que siempre que hago esta comparativa la gente me mira con una cara de mejor deja de fumar eso que te está dañando) nosotros somos especialistas del sector social donde nos desarrollamos, en el cual, al igual que un médico, nos encargamos de la salud de las marcas, llevándolas según sea su caso a un nacimiento exitoso y/o un vida plena . La Publicidad es la encargada de no solo mantener fuerte a las marcas sino que inicialmente, las diagnostica y al igual que cualquier paciente, les decimos la enfermedad que padecen y la manera de tratarla, recetando el tratamiento correcto que le permitirá lograr los objetivos de cada marca. Pero tampoco debemos equivocarnos al creer que todos podemos hacer Publicidad, ya que como mencioné anteriormente, el ejercicio publicitario conlleva un proceso de preparación al igual que todas las profesiones. Simplemente no nacemos sabiendo que podremos hacer mensajes publicitarios, situación que no toda la sociedad comprende y acepta, ya que en el mercado que nos manejamos diariamente, desafortunadamente encontramos que todas las personas son capaces de hacer Publicidad; los dueños de las empresas nos dicen de qué manera desarrollar la idea, nuestros amigos saben aún mejor que nosotros lo sencillo que es crear un brief exitoso, la vecina sin duda entiende de insights. El problema de todo esto no es que ellos sientan que pueden hacer Publicidad, sino que nosotros se los permitimos, así es, les permitimos a cada cliente que nos diga cómo podrían ser mejor las cosas y les permitimos meter la mano en un trabajo que insisto es privilegiado, ya que todos pueden decir lo sencillo que debe ser crear una idea, pero si es tan sencillo entonces ¿por qué no lo hacen ellos? ¿por qué necesitan de una agencia con gente especializada y preparada para lograr lo que aseguran puede hacer cualquiera? Pues querido amigo lector, hoy te diré una verdad que no te gustará: todo es tu culpa, así es, porque cada vez que un profesionista le permite influir a la gente que no tiene los conocimientos suficientes, la preparación adecuada y por sobre todas las cosas, no cuenta con la pasión para desarrollar nuestro trabajo, entonces nosotros mismos demeritamos nuestro profesionalismo. ¿Acaso crees que un médico permitiría que un paciente llegara y le dijera: “Oiga doctor fíjese que me duele esta parte del abdomen. Seguramente es apendicitis y debe tratarla con medicamento por 7 días para después valorar mi ingreso a quirófano y así operarme”? ¡Claro que no! ¿O acaso también ves a docentes aceptando que un alumno le venga a decir qué verán en cada día de clases? Así es, el mal del publicista en muchos casos es el mismo publicista que no respeta su profesión cada día que la ejerce, no siendo lo suficientemente profesional para marcar una pauta de respeto social. La Publicidad es una de las profesiones más complicadas de ejercer; el generar ideas, cualquiera puede hacerlo sin duda alguna, pero el crear ideas con fundamentos, capaces de romper las barreras del lenguaje, eso sin duda querido lector, es culpa de los Publicistas. Imagen cortesía de iStock
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