Todos hemos empezado por ese misterioso, increíble y a veces tortuoso camino; trainísmo. Y la verdad es que no es un camino fácil, está lleno de muchos baches, piedras, caras largas y sobre todo… bullying, mucho bullying. Nadie nace sabiéndolo todo, así que, sí, todos recorrimos el mismo camino (no te creas tan especial). Con lo modernos que son los chavos y la generación de creativos que cada vez entiendo menos, es muy difícil encontrar un buen trainee, un chavo (y a veces no tanto) dispuesto a darse en la madre una y mil veces hasta aprender todo lo que debe ser aprendido. La mayor parte del día me la pasó escuchando gente quejándose de lo triste que es su vida en la agencia, que les gustaría tener más tiempo para ellos y pasar momentos verdaderos y de calidad con sus amigos, familia o parejita. Les tengo noticias, esta chamba es así, este trabajo es rudo y si no vas a darlo todo, anda, vete a jugar a las barbies. He decidido escribir acerca del trainísmo porque es de vital importancia que sepas (y entiendas) lo que te espera cuando eliges esta industria, yo, por ejemplo, estoy redactando este artículo que claramente no tuve tiempo de realizar en la semana porque… sí, adivinaste, trabajo en una agencia. ¿Qué? ¿Qué por qué estoy redactando esto a las 6 de la mañana? Fácil, porque mis trainees no hicieron lo que les pedí (lo hicieron mal) y sí, tuve que quedarme a armar 3 benditas presentaciones, después de juntas con clientes, peloteos y mil pendientes. Así es la vida, nada de llorar. Querido aprendiz de brujería (sí, la publicidad es cosa del demonio), quiero platicarte algunos puntos que no logras ver por tu falta de experiencia, interés o indecisión acerca de seguir (empezar) en la industria. Mira, a todos nos pasa, todos nos equivocamos y cometemos errores, claro, a veces queremos tirar la toalla (como yo, en este pinche instante) pero entonces, respiras, y te acuerdas que es tu trabajo y lo amas. Para que pueda ir a dormir dos horas, seré breve, pero contundente. Así que si quieres tomar estos consejos, adelante (te ahorrarías muchos pasos para llegar a donde crees que mereces estar). Y como ya se me hizo costumbre, aquí están los 11 pasos para ser un buen trainee y no morir en el intento: 1. Ubícate En la escuela te dijeron que eras el mejor, el más creativo y el más chingón; te mintieron. Como tú, hay mil. Recuerda que eres afortunado en tener una oportunidad (aunque suene muy mamón), cuídala y no te creas tanto el papel, keep working. 2. Esfuérzate Que seas trainee no quiere decir que haces cosas que nadie quiere hacer, no hagas dramas, hazlas con la mejor actitud, rápido y bien. 3. El que llora pierde Típico, tienes examen y no has concluido tus pendientes, sorry, tienes que terminar o no te puedes ir, ¿quién tuvo la culpa? ¿Quién estuvo en Facebook todo el día? ¿Crees que no me di cuenta? Administra tus tiempos. Si estás horario completo, igual aplica, enfócate y entrega as soon as possible y sé libre. 4. Ve más allá de lo visible Muchas veces te piden algo y eres como un caballo que se deja guiar por donde le indican, ¡no!, si tienes dudas o quieres saber más, dilo, pregunta, no te van a matar, hello, estás aprendiendo, nadie debería negarte el conocimiento. 5. Anota todo Hazme el chingado favor de anotar todo lo que se te dice… TODO, después no te acuerdas, no entiendes, lo haces mal y sufres (y nosotros más por perder el tiempo en volver a explicar). Nadie se ha muerto por escribir todo (o quizá sí, no lo sé). 6. Pon atención A ver, esta es importantísima; ¡FOCUS!, ya sea un triste café o un brief, debes estar concentrado para identificar errores u oportunidades que te pueden hacer lucir, no seas menso. 7. Cállate y escucha Ya sé que eres bueno, por algo estás aquí, pero antes de comentar y decir las ideas brillantes que se te han ocurrido; escucha con atención, a veces la respuesta está a la vuelta de la oración, si no está, ok, grítame y dime que soy un perdedor por no ver lo obvio (sí, te doy permiso, dime menso, porque luego me comporto como tal). 8. Habla, tienes voz Este punto es vital, te estás esforzando, estás poniendo atención, anotas todo, ves más allá de lo visible, no lloras y sabes escuchar; es tu turno. No somos perfectos y entre tantas cosas se nos van las cabras al monte, si ves algo, habla, dilo, exprésate, tienes una voz y en verdad me interesa escucharla, ¡vamos que no muerdo! (sólo pateo). 9. Bájale a tu huevonería En esos días en los que no hay “nada” que hacer, deja tus redes sociales y mejor haz algo productivo, lo creas o no, sí nos damos cuenta cuanto te pesa y le das duro a la flojera. Entre más hagas, más aprendes y si aprendes, avanzas. Ahí tú sabes. 10. Desarrolla habilidades Si tienes un tema de interés, algo que te llame la atención en particular, venga, dale, busca la forma de potenciar o aprender eso. Un trainee es valorado por su capacidad de aprendizaje en nuevos campos. Órale, chíngale. 11. Mantén la actitud Esta es la más difícil, ya sé que no entiendes bien porqué haces algunas cosas de una forma y no de otra (a veces yo tampoco), no te desesperes, cuando te contrataron vieron esa actitud y esas ganas, por eso estás aquí (y por chingón, obvio), no pierdas esa magia jovial y entusiasta de querer comerte el mundo. La verdad, vas muy bien, ya casi. No me queda más que agradecer tu entrega y tus ganas, a veces, en tu posición es complejo entender algunas cosas, pero entre más aprendes, más entiendes. Mantén esas ganas y no desistas, esto (y la vida) es una carrera de resistencia, donde no gana el más fuerte o el más listo, sino el que se mantiene. Y como dicen por ahí… como te ves, me vi y como me ves, te verás… haciendo la chamba que tu trainee no hizo bien, porque no leyó este artículo. Imagen cortesía de iSotck
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