Los leones de Cannes lo conocen, otros festivales lo intuyen. Lo que empezó como un alarde de sofisticación ahora se implanta en la comunicación publicitaria. Publicidad que crea experiencias para la marca, productos que nacen de los insights y prototipos que convencen al cliente. La tecnología se suma como herramienta y soporte en el proceso creativo de la publicidad. Una sinergia entre ingenieros y creativos; otra manera de hacer las cosas. Por un lado, la parte analítica que precisa la técnica; por otro, el mundo de las ideas que se centra en las emociones, las necesidades y los insights. Un trabajo conjunto donde ambos perfiles comparten la curiosidad y la ilusión de crear algo innovador, sin miedo a experimentar. Makers, creative technologic, data artist, creative coders y creative innovation, son los nuevos perfiles que las agencias demandan. Mucha tecnología no garantiza el éxito. Cuando ésta cobra demasiado protagonismo, las ideas se ven resentidas. El proyecto se convierte en una máquina sin alma que impresiona pero aburre. Es la primera fase de la implantación tecnológica. Una vez superada esta fase, la sociedad está adaptada a la cultura digital; el recurso pasa a un segundo plano. En ese momento el alma de la idea, se muestra, centrándose en los conceptos y los insights. Aprovechando la tecnología como soporte de ideas, con todas las posibilidades que esto ofrece. Creando experiencias que emocionan, resolviendo problemas de la vida cotidiana o aportando herramientas a la sociedad; esta publicidad ha venido para quedarse. Mientras tanto, Cannes sigue buscando definiciones y categorías dónde concretar esta publicidad, para seguir premiándola. Honda ´s Sound of Honda Ayrton Senna 1989 UTEC Potable water generation Cinder Imagen cortesía de iStock
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