Una de las estrategias de marketing para fomentar la lectura que existen en la actualidad es llevar a la pantalla grande una historia basada en un libro. Los libros siempre han sido fuente de inspiración para grandes filmes y esto muchas veces pasa desapercibido para quienes disfrutaron viendo esas películas. Un comentario muy común es “¿En serio?, no sabía que se basaba en un libro”, como si fuera una novedad, cuando la realidad es otra, creo que si viviéramos con la idea de que todo lo que vemos en el cine fue basado en un libro estaríamos en lo correcto la mayor parte del tiempo. A mi parecer una gran estrategia usada para que la gente se interese en la lectura es justamente esto, grabar filmes basados en novelas, debido a que despertarás la curiosidad de las personas por conocer la “historia” real de una película, no la visión adaptada, (y en muchos lamentables casos) censurada y mutilada de un director de cine. Re editar novelas utilizando como portada el poster de su adaptación al cine es una práctica común hoy en día, y aunque para muchos esto no sea de su agrado es una forma de enganchar a la gente, llamar su atención y tentarla a comprar el libro: como ejemplos más recientes puedo citar libros como “El Hobbit” de J. R. R. Tolkien, que debido al gran éxito de la trilogía fue re editado en tres ocasiones, utilizando los tres posters de las películas. O, ¿qué tal la saga de Crepúsculo?, sus portadas originales eran bastante abstractas y agradables a mí parecer, pero luego de las películas, perdieron cierto encanto, porque ahora son solo reconocibles por el título de cada libro, ya que la fotografía usada para las tres portadas son muy parecidas entre sí, mostrando a los actores principales. En el caso de libros infantiles es más marcada esta tendencia, libros como “Como entrenar a tu Dragon” de Cressida Cowell, al no poder re editar el libro, lo resolvieron colocando un forro con la imagen de la película, dejando la edición original tal cual debajo de este, lo mismo con “El origen de los guardianes” de William Joyce. Aunque esta práctica no es algo reciente, existen ediciones de “Dracula” de Bram Stocker con el actor Gary Oldman en la portada, y hablamos de un libro de más de cien años de antigüedad. Otro curioso caso de marketing para lectores que quiero señalar son las nuevas ediciones de muchas de las novelas de Anne Rice (escritora de “Entrevista con el Vampiro”), las cuales fueron “actualizadas”, con esto me refiero a que fueron modificadas de manera que uno las podría confundir con novelas mucho más recientes y llaman la atención de un público mucho más joven. Estos ejemplos nos llevan a la conclusión que la frase “no juzgues un libro por su portada” ha quedado algo obsoleta, debido a que actualmente la portada de un libro es la carta de invitación a un lector para tomarlo de la repisa y llevarlo a su casa. Ustedes, ¿qué opinan? AUTOR Rowan Parker Diseñador Gráfico e Ilustrador amateur con un recién descubierto gusto por la escritura, siempre investigando sobre diversos temas por el puro gusto de conocer cosas nuevas y devorador compulsivo de libros. Mi trabajo de ilustración ha sido mencionado ha sido reconocido por la revista “Morbido” y por los escritores Carlos Moran y John Connolly. Imagen cortesía de iStock
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