Al menos creo que todos empezamos por aquí o la mayoría. Yo también fui trainee hace años, fui un genérico por un tiempo, la gente tardaba en aprenderse mi nombre: PACO. También me convencieron que no había mejor paga que el conocimiento y el estar trabajando en unas agencias más hot de Latinoamérica. Es decir, no recibía dinero, aunque cada dos meses nos tocaban algunos vales de despensa. Yo también tuve miedo de regarla en los peloteos, no decía lo que pensaba, no decía nada. De repente alguien más del grupo expresaba algo muy similar a lo que tenía en mente y le aplaudían, mientras yo me regañaba por no tener los huevos de haberlo dicho primero. Me uno al grupo de cagados porque mis ideas no eran brillantes ante los ojos mis directores, donde mi trabajo como trainee redactor era transcribir textos y corregir legales, donde recibir un brief para hacer algo creativo era un premio. Yo fui otro más al que su familia y amigos interrogaban lo que hacía, ¿cómo que trabajar gratis y con esos horarios?, ¿cómo vestido así?, que eso no era un empleo con futuro. Alguna vez dudé en seguir en la publicidad y me llegué a sentir chinche. Mis amigos de carrera ya ganaban para sus chelas y yo no. Un mercadólogo queriendo ser publicista. ¿En qué cabeza cabe semejante idea? Pero saben que, NO ME ARREPIENTO, porque aún con todo eso era feliz de alguna forma, aunque no lo entendieran los demás. Tal vez suena un poco enfermo pero así era. Me había enamorado de la publicidad. La recompensa la vi cuando después de un año de trabajar “gratis”, tardé tan sólo dos días en conseguir trabajo y este ya era pagado. Mi portafolio me había abierto las puertas. Creo que la experiencia valió mucho la pena, lo único en lo que no coincido fue en la falta de un apoyo económico, porque la gente no come del aire y se transporta por magia. Es por ello que en cuanto me dieron el poder de contratar trainees ¡lo hice!, pero con una gran diferencia, yo peleé para que se les diera un apoyo económico decente. Creo que las soluciones para mejorar las circunstancias laborales de los trainees las tenemos todos quienes alguna vez lo fuimos. Todo es cuestión de empatía. ¿O ustedes qué opinan? Imagen cortesía de iStock
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