Desde que el publicista es publicista ha tenido conflictos, traumas e inquietudes con los miembros de la Orden de los Ejecutivos de Cuentas, y ellos también con la Orden de los Creativos. Cuchicheos e intrigas han conspirado en estos dos frentes, peleando por saber quien tiene la razón, el poder, aunque a veces existen tratados de paz que en la mayoría de las veces son efímeros. Ambos bandos se llegan a tachar de huevones e ineficientes, pero la verdad es que ninguno puede ganar porque los dos coexisten para el mismo fin. ¿Es acaso una guerra de egos? No dudo que existan, pero la mayoría de las peleas empiezan por falta de comunicación y empatía. Muy pocos ejecutivos de cuentas se involucran para comprender los procesos en los grupos creativos, en entender la diferencia entre jpg, pdf y png, en que el trabajo creativo no es una enchilada. Pero también hay muy pocos creativos que se involucran para entender el trabajo de cuentas, de saber de la presión que ejercen los clientes, de los resultados que también le exige la propia agencia. Mientras nadie se involucre la guerra seguirá. A ti ejecutivo de cuentas, antes de enviar un brief ¿entiendes perfectamente lo que estás pidiendo?, ¿lo que el cliente necesita?, ¿das tiempos lógicos de entrega?, ¿peleas por tu equipo creativo?, ¿te apoyas en ellos cuando algo no te queda claro en la solicitud de cliente? O simplemente pones FYI al mail para ver cómo creativo lo resuelve. A ti, miembro del equipo creativo ¿te has puesto en el lugar de cuentas?, ¿que a veces el cliente no sabe lo que quiere?, ¿le has propuesto resolverlo juntos?, explicarle sin pelear ¿por qué a veces la información que te envía es insuficiente?, ¿en apoyarle cuando realmente es un bomberazo? O simplemente te pones tus moños y no haces nada hasta que cuentas “le baje 3 rayitas”. Esto no se trata de crear “santos” en el medio, sólo un mejor diálogo, pero para ello el ego debe irse, los oídos deben estar dispuestos y la boca con argumentos, ajena a reclamos sin sentido. Al final, nos guste o no, somos un equipo. Nosotros decidimos si trabajamos en un purgatorio o en algo más celestial. Imagen cortesía de iStock
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