Somos casi 120 millones de habitantes en todo México y según datos del INEGI 1 millón 600 mil unidades económicas son dedicadas al comercio en nuestra ciudad. De cada 100 personas que trabajan, 19 se dedican al mayoreo y 81 al menudeo, y eso que solo están contando los que cuentan con un establecimiento, pero si agregamos aquellos microempresarios de casa, oficina o que distribuyen online seguramente la cifra aumentaría. Tanto número no quiere decir que nuestra economía está en su mero apogeo y que por ello supondríamos que la única razón por la cual buscamos tener un «negocito propio» es porque de plano los salarios están muy bajos en las empresas; pero desde mucho tiempo atrás surge ésta necesidad de crecimiento profesional, de solucionarnos posibles problemas y por ende tener el control de nuestros ingresos en su totalidad. Hace apenas unos meses me enteré que existe una nueva tendencia como empresas y la nombran Startup, que es una iniciativa que surge de la necesidad de crear nuevos negocios y que consiste en impulsar dichos proyectos basándose en las nuevas tecnologías y en un poco de creatividad para resolver alguna idea o problemática que haya disparado el querer emprender el negocio y bueno obviamente, pensando siempre en tener una proyección con altos estándares de calidad. Hay ejemplos fascinantes de empresas que comenzaron como startup y que seguramente conocen a la perfección: Dropbox, creada en 2007 por Drew Houston y Arash Ferdowsi alumnos del Instituto de Tecnología de Massachusetts que descubrieron la necesidad de encontrar un espacio en dónde almacenar y compartir en tiempo real toda la información que se intercambiaban entre estudiantes vía correo electrónico. Recibieron un apoyo de Y Combinator, otra empresa statup por cierto, que se dedica a financiar proyectos innovadores en Estados Unidos. Estos chicos partieron de una necesidad en su escuela y lograron con el apoyo de un tercero que el proyecto crecería tanto que para el 2011 cuente con más de 101 millones de usuarios en 175 países. Mercado Libre, de origen Argentino, a su fundador Marcos Galperín se le ocurrió la idea en 1999 mientras estudiaba su maestría en Administración de Negocios en la Universidad de Standford (EU) Recibió apoyo de uno de sus profesores para financiar el proyecto, comenzó a expandirse el por todo Latinoamérica hasta que dos años después firma un acuerdo con EBay como su mayor accionista y convirtiéndose en la plataforma número uno de comercio electrónico en América Latina. Privalia, otra plataforma de venta de moda online con origen en España. Se funda en 2006 por Lucas Carné y José Manuel Villanueva. Logra consolidarse como una de las tiendas líderes en e-commerce en España con un registro de 11 millones de compradores al 2013 y con 300 millones de euros registrados en ventas. Y ahora bien, un ejemplo de startup en México con gran éxito es Carrot, una plataforma de carsharing, considerado como el primer modelo de autos compartidos en nuestro país. Fue creado por Diego Solórzano 2012 como resultado de su diplomado llamado “Creación y Crecimiento de Empresas” en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) Comenzó el proyecto con tan solo tres vehículos con ayuda de sus profesores que lanzaron una aceleradora de empresas en ése año llamada Venture Institute. Actualmente cuentan con 70 vehículos, 5,000 usuarios y un capital de más de $3.8 millones de dólares en tan solo dos años. Todas estas empresas han salido de necesidades que se han convertido en grandes ideas y que con el apoyo de un tercero han logrado el éxito. Definitivamente si miramos los números que les platicaba en un inicio existe la posibilidad de que en México surjan startups exitosas, solo es cuestión de tener ideas consistentes, bien aterrizadas, encontrar el apoyo pertinente y sobre todo creer en la capacidad que tenemos de hacer un proyecto (o sueño) realidad. Imagen cortesía de iStock
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