Si bien la industria publicitaria nunca ha sido como otras que nos contaban nuestros padres y abuelos de “búscate una plaza y ya tienes asegurada la chamba para toda la vida”, hoy la migración de creativos es mayor. En los últimos meses he tenido contacto con varios colegas que han migrado de sus respectivas agencias de publicidad y muchos, según me cuentan, es para no volver. Hoy hay más gente dispuesta a emprender sus propios proyectos, a apostarle, a dejar un salario “seguro” y a una agencia. Las personas buscan disfrutar más del camino, de cada día. Entre algunas de las razones que me comentaban se encuentran las siguientes:
- Ya me cansé. Así es, ya no pueden con los horarios, ni con los círculos viciosos, ni con promesas de que las cosas cambiarán. También dieron terminada la guerra de egos pues significa mucho desgaste mental y emocional. Quieren encontrar otro tipo de empresas o agencias para seguir con su labor creativa. Algunos tienen planeado tomarse algunos meses sabáticos.
- No me dejan crecer. Creativos que han ocupado un puesto por mucho tiempo, pero según el tabulador de la agencia ya no pueden ganar más dinero, pero tampoco hay plazas para subir de puesto. Van en búsqueda de otras agencias que ofrezcan más sueldo y un mejor puesto, o mismo sueldo con menor responsabilidad.
- Si me voy a chingar, que sea para mi. Hay gente que quiere seguirle dando duro, pero no para alguna empresa o agencia, sino para sí mismos, por ello se atreven y le apuestan todo a nuevos proyectos, ya sea como freelance o formando su propia agencia.
- Descubrí que algo me late más. Varios colegas han emprendido proyectos que no tienen nada que ver con el mundo de la publicidad, lo que me llama la atención es que la mayoría han elegido caminos como la terapia y medicina alternativa, la música, el yoga y el esoterismo. Créanme, a muchos les ha ido muy bien.
Yo en lo personal y en su momento (hace un poco más de tres años) apliqué la tercera razón. Creo que hay ciclos que con valentía tenemos que afrontar, en especial para cerrarlos y abrirlos. Todavía soy de los que cree que tienes que sentirte feliz con lo que haces y en donde lo haces, que cuando ya no te sientas así debes asumirlo y cambiar de camino. Imagen cortesía de iStock
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