La mayoría de las historias dramáticas coinciden con este tipo de contenido: etapas grises y sobre todo muchos pesares, derrotas y fracasos. En resumen, muchas lecciones aprendidas. Y si no las aprendemos las volvemos a repetir, la vida se encarga de instruirnos a caídas, pero está en uno aprender a levantarse. La voluntad nos ayuda a limpiarnos, curarnos y avanzar hasta que volvemos a fracasar, paradójicamente el fracaso se convierte en el inicio de algo, de una historia, de una idea, de un artículo. Sufrir de estas caídas nos vuelve tipos de piel gruesa y de corazones sensibles, seres extraños muy experimentados, caemos con estilo y cuando nos va bien, lo tomamos con calma, con prudencia, sabemos que la vida es un camino de muchas subidas pero sobre todo de muchas bajadas. Entre muchas de las habilidades que uno adquiere (ajustarse el cinturón antes de llegar a fin de mes, ser un trotamundos y sobre todo tener miedo del ego y de lo que este nos puede hacer) está no detenerse ante nada, avanzar y seguir. Parafraseando me animo a escribirlo: «Si te encuentras en medio de un infierno, lo único que puedes hacer es seguir caminando». Por eso los invito a seguir caminando, a avanzar, levantar la frente y posicionar la mirada hacia adelante, pero no olvidemos el camino que recorrimos porque en algún momento podemos repetirlo si hace falta. Recuerden somos seres de piel gruesa y este negocio pondrá a prueba tal afirmación. Imagen cortesía de iStock
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