Agencias colosales invirtiendo cada día más dinero en atraer creativos hipsters con ideas revolucionarias (y hipsters) a su empresa, otras tantas rompiendo el cochinito para invertir en las mejores herramientas tecnológicas de inteligencia artificial para tener un análisis de mercado más eficaz y en mercadólogos buenazos en el arte de la estadística, ¿cuál de las dos es más importante? La lucha eterna del hemisferio derecho, predominante en la creatividad, apegado a lo imaginativo y pionero de las ideas, contra el calculador, lógico y amante del análisis hemisferio izquierdo. De aquí se desprende la contienda, preferencias y habilidades de cada persona que lidera un equipo de expertos que intentarán generar valor agregado en el arte de la persuasión a las marcas para así destacar en el gremio. Por una parte, nos queda claro que con la era digital, encontramos cada día más fácil generar análisis automatizados en cuanto al comportamiento de los consumidores. No dejan de surgir herramientas que te indican hasta cómo se siente tu público pero, ¿para qué nos sirve este análisis si no implementamos acciones innovadoras al respecto? Por otra parte, la creatividad es la base de la publicidad, es el parte aguas en generar la diferencia entre un producto y su idéntica competencia, no existen procedimientos científicos ni métodos exactos para generarla ni para sistematizarla, funciona con la hermosa naturaleza del pensamiento humano, ¿cómo puede funcionarnos si es tan subjetiva como la persona que la maquina? ¿Hay manera de medir qué tan creativos/as somos? Como en la mayoría de las cosas en este mundo, el chiste es tener el balance entre ambas disciplinas, pero no solo eso, jerarquizar y saber implementar un plan de trabajo sólido. Comenzar midiendo lo que debe hacerse, analizar la competencia, los gaps que existen en mi marca y una vez teniendo el análisis inicial, diagnosticar el remedio para comenzar a ejecutar. Ahí es donde debes dejar volar tu mente, buscar tu creatividad, escuchar a la imaginación y generar ideas. Recuerda que tu objetivo es la innovación. Aplica todo tu talento y empezarás a alcanzar tus metas. Busca e identifica tendencias, plantea ideas, practica brainstorming y todo comenzará a tomar su curso. Una vez encaminada la etapa de creación, es momento de ver qué tal está funcionando, comienza a monitorear tu actividad, la respuesta que tiene entre el público y ya que estés bien enterado de lo que realmente te funciona y lo que nomás no, aplica la optimización de estrategia con “los pelos de la burra en la mano”. Recuerda que siempre puedes estar mejor preparado, domina ambos hemisferios cerebrales, sigue en constante aprendizaje y mantente a la vanguardia. Ambas partes se complementan y debes estar preparado para implementar ambas en el momento adecuado. Imagen cortesía de iStock
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