Las marcas se mueren, no hay de otra. Unas duran más que otras pero como dicen: no hay imperio que dure mil años. O algo así. Para hablar de esto es lógico que toquemos un poco el Ciclo de Vida de las Marcas* (CPM). Sabemos que es una revisión de las etapas de un bien (tangible o intangible) que nos indica qué tenemos, cómo estamos y qué nos espera. El CVM es muy parecido al de los seres humanos. Las marcas también nacen, crecen, maduran y mueren. Algunas se reproducen en su etapa de madurez (desprendidos) y otras dejan herencias en su declive (posicionamiento por impulso**). Jack Trout y Steve Rivkin no se cansan de decirlo en su libro: Differentiate or die. Ellos creen firmemente en la diferenciación de las marcas a través de sus activos únicos vendibles como estrategia de venta para sobrevivir en los mercados hiper competitivos. Y nada más. Dicen que no necesitas ofrecer descuentos cada nada, que necesitas incrementar el valor y los beneficios. Dicen que es la mejor manera para no morir sofocado. Hagan caso. Personalmente creo que hay otras razones por las cuales varias marcas mueren. Éstas tienen que ver más con sus procesos internos que con sus estrategias de venta:
- Hay empresas que mueren por jamás haber pedido ayuda, creo que me entenderán: esas empresas que salen súper rápido y no hacen nada por darse a conocer, generalmente son PyMEs. Llegan hasta dar lástima de verlas en agonía esperando el remedio o la muerte.
- Hay empresas que mueren porque se confían de la receta que una vez las curó y no se dan cuenta que la enfermedad ya mutó o se trata de otra muy diferente. Estas marcas tienen un final doloroso porque comúnmente tienen muchos años en el mercado y su insistencia en tratarse de la misma manera aleja a quienes la podrían sacar de coma.
- Hay empresas que mueren porque los dueños y/o encargados no realizan estudios y revisiones internas para conocer el estado de las planeaciones, las estrategias, las condiciones, las opiniones y recomendaciones de los trabajadores para realizar innovaciones o simples reparaciones. Éstas hacen implosión.
El camino de las marcas se va formando conforme a las acciones que toman en su mercado y el consejo más apropiado sería el de trabajar todos los días para dejar un legado que extrañar (porque ya aclaramos que todas mueren). Y cierto es, que no sentimos nada cuando el CVM de una empresa que nunca sorprendió, pasa frente a nosotros. La partida de una marca duele, más si era frecuentada, y poco se puede hacer. Lo que queda es esperar los resultados de la autopsia que nos dirá qué pasó y qué se puedo haber hecho. Para aprender. Acostumbremos a las personas que las dirigen a interesarse por las situaciones internas (procesos, opiniones, recomendaciones), y a las externas (adelantos tecnológicos, tendencias, innovaciones), con la sola intención de estar saludables para seguir en la carrera. Si tu diriges, acostúmbrate a hacerlo y repite cada 8 horas. * Oficialmente el Ciclo de Vida de la Marca no existe pero, fuck it. Era para explicarlo mejor y es lo mismo. ** La definición de “posicionamiento por impulso” tampoco existe pero para mi es aprovechar la última influencia de una marca para ayudar a una nueva. ¿Recuerdan cuando Foursquare nos avisó que cambiaba a Swarm? There you go. AUTOR Jimmy Toledo
Soy @eljimmytoledo y me gustará conocer sus comentarios.
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